Ciudades, big data y los límites a que sepan todo sobre vos

Un interesante artículo de Raquel Jorge en Esglobal pone en foco una realidad cada vez más contundente: el uso de Inteligencia Artificial en las ciudades.

Raquel Jorge es Fulbright fellow en Washington, D.C. Políticas de Seguridad, tecnologías emergentes. Antes, Máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos (Universidad Autónoma de Madrid). Analista independiente. Esta estudiosa de las relaciones entre humanidad, Inteligencia Artificial y gobernanza describió las potencialidades y riesgos de que lo sepan todo sobre vos en el nuevo rol que empiezan a asumir principalmente las ciudades.

En un artículo publicado por Esglobal, Raquel Jorge puntualizó en términos generales:

- La Inteligencia Artificial (IA) fue una vez algo perteneciente al mundo de la ciencia ficción. Ahora, está presente en nuestro día a día, de forma visible e invisible: a través de chatbots, estableciendo nuestras preferencias musicales en Spotify, las novedades en Twitter, o ayudando a personas con dependencia en sus hogares. Su potencial también está utilizándose para promover un marco de Inteligencia Artificial para el Bien Social. Empresas como Google están trabajando en proyectos sobre emergencias para pronosticar inundaciones de forma más rápida y precisa, o en salud para predecir el riesgo de problemas cardíacos mediante el uso masivo de datos. Otros, como la Universidad de Southern California-Los Angeles mediante su software PAWS, dedican sus esfuerzos a detectar de forma temprana la caza ilegal de animales en peligro de extinción en zonas protegidas del Este de África.

- El uso de la inteligencia artificial está transformando la gobernanza y la forma en que los recursos son utilizados para con la ciudadanía. La IA no es una tarea que apele solamente a personas especializadas en ingeniería o computación informática. Es también una llamada a expertos/as de otras disciplinas, como educación, sociología, periodismo, economía, salud, derecho o seguridad. Aprovechar las virtudes de este sistema se presenta como una oportunidad para refinar la prestación de servicios a la población de una forma más eficiente y particularizada. Hacer de las aplicaciones sociales de la IA algo cotidiano, normalizado y aceptado en el día a día de las personas es un reto todavía mayor en el que se debe trabajar desde las administraciones públicas, el mundo privado y el tercer sector. En este sentido, uno de los retos de la IA es superar el escepticismo social que todo nuevo sistema de cambio tiene en sus inicios, pero que con el tiempo brinda grandes oportunidades y allana caminos.

- De esta manera, esta concienciación debe ir necesariamente de la mano de una consideración crítica previa: el sistema de IA todavía requiere mejorar las habilidades de autocorrección de los distintos sesgos que generan sus propios algoritmos. Esto significa que el impacto de las tecnologías desarrolladas por inteligencia artificial no es neutral, bien porque los datos recopilados históricamente no están completos, bien porque no son representativos o exactos. Así, puede agravar prejuicios ya existentes, ampliar las desigualdades sociales, sobrerepresentar a grupos vulnerables o amplificar prejuicios culturales, por ejemplo, a través de bases de datos sobre criminalidad. Este aspecto es precisamente importante en el uso que se hace de la IA en la seguridad urbana.

La autora advierte en su artículo, además, en torno a:

Policía inteligente: nuevos ?softwares' y riesgos a resolver 

La vigilancia vía IA versus derechos fundamentales 

Oportunidades de futuro de la IA 

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