Fue secuestrada y abusada, y escapó gracias a la hermana de su captor

Al acusado le dieron el beneficio de la prisión domiciliaria. Está procesado por mantener encerrada a una mujer y obligarla a tener relaciones sexuales con otros hombres.

Gabriela Guilló

Un hombre fue procesado en Mendoza por captar a una joven por las redes sociales, secuestrarla y prostituirla. La joven logró escapar con la ayuda de la hermana del sospechoso.

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Todo comenzó en 2015 cuando la joven, oriunda de Santa Fe, conoció a un hombre por Facebook con quien comenzó a hablar.

El sujeto, que en las redes aparece como Gustavo Estela (su nombre real) y Ángel Ñeri, le pidió su teléfono y la agregó a un grupo de Whatsapp con otras personas con la intención de "hacer amigos", ya que había personas de todos lados.

Con el correr de los meses, comenzaron a pedir fotos de las mujeres en ropa interior, por lo que la joven decidió abandonar el grupo. El sospechoso, entonces, le envió mensajes privados y de esta manera logró mantener el vínculo durante años.

Finalmente, a comienzos del 2018, el hombre le compró sin consultarle un pasaje a Mendoza y le dijo que debía ir con su documento a la terminal de ómnibus para retirarlo.

Las llamadas insistentes del hombre comenzaron a tornarse algo amenazantes y controladoras, por lo que la joven, que se encontraba en una situación de vulneración económica, le hizo caso y tomó el ómnibus.

"Él me decía que en Mendoza iba estar bien, que él trabajaba bien, yo le decía que no podía viajar, pero él me insistía", declaró la mujer.

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Al llegar a Mendoza, Gustavo Estela la estaba esperando, la llevó a su casa y  la obligó a dormir en su habitación, la que se encontraba detrás de la vivienda.

"Ahí empezó todo", dijo la víctima.

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Durante su relato, la mujer detalló que Estela le proporcionaba pastillas con alcohol que la hacían dormir rápidamente. Al despertarse, se encontraba al lado de hombres que no conocía. Los sujetos estaban desnudos a su lado y ella sentía haber sido víctima de abuso sexual.

"Gustavo estaba ahí cuando me despertaba y me decía ¡levántate y andá a bañarte! Eso pasó siempre, todas las noches y eran diferentes hombres", sostuvo.

Surge del mismo relato que cuando Estela se iba de la propiedad, cerraba la habitación con llave impidiéndole salir, y borró del celular de la mujer los contactos de sus familiares.

Pasaron los meses y a fines del 2018, la hermana de Estela, al estar al tanto de la situación, le dio dinero para que se comprara un pasaje a Santa Fe, pero le pidió que no denunciara el hecho, ya que su hermano había estado preso por violencia de género, pero fue liberado al poco tiempo.

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Una noche, la joven no tomó la pastilla que Estela le daba, y alrededor de las 6 del otro día, cuando el hombre dormía, con la ayuda de la hermana, escapó por la ventana de la habitación y huyó.

Una vez en Santa Fe fue a la comisaría y denunció el hecho. Tras una investigación, Estella fue detenido en medio de un allanamiento en su domicilio de la calle Ortiz, en Nueva California, San Martín.

Desde ese momento, Estela permanece detenido y procesado, aunque la Justicia le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria. Por su parte, la defensa solicitó la falta de mérito en la causa por falta de pruebas, pero esta semana el tribunal rechazó el pedido y sostuvo que hay elementos suficientes para confirmar su procesamiento.

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