El sistema constructivo con el que un mendocino revierte las usurpaciones en Centroamérica

Casas que están compuestas por paneles de concreto son armadas por sus propietarios en una interacción que incluye a gobiernos y empresas. Una forma de superar muchas veces situaciones de marginalidad e indigencia.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Inspirado en el arquitecto social chileno Alejandro Aravena, Premio Pritzker, el mendocino Leo Bravín repite su frase: "La vivienda social requiere calidad profesional y no caridad profesional". Ahora el caso de este emprendedor que hizo base en Panamá con la empresa canadiense Vision Building, a la que representa en Latinoamérica, sale una vez más a la luz a raíz de las tomas de terrenos en la Argentina y el reclamo de viviendas de sectores populares.

Es que Bravín consiguió imponer un estilo rápido, sustentable y económico, que gambetea las cadenas habituales de sobreprecios en nuestro continente y permite concretar un efecto dominó: urbanizar con viviendas modulares de concreto zonas que habían sido asentamientos espontáneos y muchas veces ilegales, con organización del Estado que pone una parte y de los propietarios de las viviendas, que deben trabajar para ponerlas en pie.

De tal modo, Bravín evalúa -en diálogo con Memo- que "se consigue que quien recibe un aporte del Estado por su condición social lo devuelva trabajando, pero lo hace por sí mismo y ve los resultados: su casa propia".

En Mendoza proponen crear un "banco de tierras" para evitar tomas y usurpaciones

Vision Building no está en Argentina. Estuvo y se fue, como tantas empresas. Si tuviera que poner el material de una vivienda tipo en nuestro país calcula que tendría un costo de "unos 11.200 dólares". Su trabajo, ya concretado primero en Panamá y luego en Guatemala, puede ser un buen modelo para mirar sobre cómo integrar objetivos y, por ello, desde que Memo hizo una entrevista carpool con él hasta ahora, la novedad es que fue convocado por el gobierno de El Salvador para avanzar en soluciones antes de que los problemas estallen.

"Fuimos proveedores de las principales empresas constructoras de Panamá. Hicimos unas 2.300 viviendas tomando mano de obra de gente ociosa, subsidiada por el Estado, a quienes les enseñamos el oficio y ahora están construyendo entre 75 u 80 casas por mes", le contó a Memo, para agregar: "También les queda el aprendizaje y con eso son mano de obra disponible para las empresas constructoras locales".

Repasá la anterior entrevista carpool a Bravín:

Los modelos pueden plantearse de diferente modo. Algunos ejemplos:

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