La sucesión de tres intendentes del Gran Mendoza llega en topadora y con cascos

Son tres, están en etapas de germinación y poseen diferentes situaciones internas en la tarea en la que inician el camino con el factor común que los transforma en un "club" en el cual todo el tiempo se consultan e intercambian puntos de vista.

Tres responsables de la obra pública en el Gran Mendoza están camino a emprender la carrera para suceder a los intendentes de los municipios en los que trabajan. El cornejismo ve con buenos ojos que quienes se presenten a elecciones cuenten con el respaldo de una tarea concreta realizada y que se pueda exhibir y allí están Diego Coronel, Francisco Lo Presti y Marcos Calvente en carrera para suceder a tres jefes comunales que no tienen posibilidad de reelección y que están muy bien considerados por la ciudadanía: Tadeo García Zalazar, Daniel Orozco y Marcelino Iglesias.

Han conformado una especie de "club de los ingenieros", pero solo uno de ellos lo es, el de Guaymallén, aunque el resto llega a apalancado por los equipos técnicos que están más metidos en concretar los planes previstos a pesar de la escasez de recursos, que en el rosqueo concreto.

Los tres están en etapas de germinación y poseen diferentes situaciones internas en la tarea en la que inician el camino con el factor común que los transforma en un espacio común en el cual todo el tiempo se consultan e intercambian puntos de vista.

De los tres, el godoycruceño Diego Coronel tiene una trayectoria más dilatada en el radicalismo y llegó al cargo ejecutivo luego de haber transitado gran parte de la vida política de Alfredo Cornejo como uno de sus principales asistentes. "No es tiempo de hablar de candidaturas", responde, como todos, en un mensaje copiado y pegado masivamente por todos. Y tiene un panorama complejo en un departamento en donde el radicalismo tiene al menos una decena de dirigentes, hombres y mujeres, que se ven siguiendo los pasos de Roberto Tuninetti, César Biffi, Cornejo y Tadeo G.Z.

En Guaymallén, Marcos Calvente carece de experiencia partidaria y hasta se diría, de muñeca política. Pero corre con el caballo del comisario y es Marcelino Iglesias quien levanta la bandera de que ese municipio no paró nunca en pandemia la obra pública. Hay otros emergentes allí, como el secretario de Gobierno, Nicolás González Perejamo, que encabezó el proceso de "desñoquización" y la limpieza de corrupción apenas terminada la gestión del multiprocesado Luis Lobos.

El caso de Francisco Lo Presti, "Panchito", es una sorpresa: Daniel Orozco no ha bendecido a ningún sucesor, al menos en forma pública y mantiene una muy buena performance en las encuestas. Insiste en que quiere ser gobernador de Mendoza, pero García Zalazar también va por ese camino y Marcelino Iglesias, si quisiera, podría competir también. 

Consultados los voceros habituales e informales del radicalismo dan cuenta de la buena calidad de quienes aspiran a suceder a los actuales jefes comunales, pero dan cuenta de que tendrá un gran peso la opinión de los salientes, más allá de la cantidad o ganas de los aspirantes.

"No es tiempo de salir a la palestra", indican los miembros del "club" en un nuevo mensaje puramente formal y de circunstancia, pero no hay tampoco desmentidas tajantes de su parte. Si sale, sale.

Y lo que evidencian -de acuerdo a la fundamentación que sueltan al pasar quienes los impulsan- es que "ya no se llega a un cargo por antigüedad partidaria, por espera de un turno o porque simplemente se les herede el cargo: la sociedad está exigiendo que sepan gobernar de antemano y no que lleguen a practicar ensayo y error".

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