Potasio Río Colorado: qué nivel de acuerdo podría considerarse exitoso para el Gobierno

Este miércoles continúan las reuniones con inversores interesados en el proyecto de potasio en Malargüe. El gobernador habla de aumento del interés en el proyecto, aunque al interior de la compañía a cargo del yacimiento prefieren mantener la cautela.

El gobernador Rodolfo Suarez tuvo ayer su primer acercamiento con posibles inversores de Potasio Río Colorado de la mano del Banco UBS, la entidad suiza contratada por PRC S.A.U. para buscar y analizar a los potenciales socios de Mendoza en el proceso de reactivación del yacimiento en el departamento de Malargüe. Este miércoles continúan las reuniones y la pregunta que surge es qué tipo de acuerdo podría considerarse exitoso para el Gobierno.

El mandatario provincial dijo que se trata de un viaje fructifero y destacó que la iniciativa "está llamando la atención de los inversores".

En tanto el CEO de la compañía, Emilio Guiñazú detalló que hasta el momento "hemos recibido propuestas de proyectos que van en el orden de las 200 mil, 500 mil toneladas, hasta llegar a 1 millón o millón y medio de toneladas".

El modelo de negocio minero que comienza a proyectarse de la mano de PRC

La pregunta que muchos se hacen es -de concretarse el intereses mostrado- qué nivel de inversión podría considerarse exitoso en la gestión del yacimiento. La respuesta es simple, y especialmente considerando el panorama actual de la economía mendocina. Si Mendoza concreta cualquiera de los proyectos que en teoría tiene en carpeta, se debe considerar un éxito de la gestión, ya que cualquiera de ellos implica reactivar y poner en marcha un proyecto que lleva 10 años detenido.

Tal como indicó Guiñazú, entre los interesados los que menos proponen son los que apuntan a una producción de 200 mil toneladas, lo que se traduciría en un proyecto de US$200 o US$250 millones de dólares, un nivel de inversión que Mendoza hoy no puede conseguirse por otro camino que no sea la minería.

En caso que se concretara ese tipo de proyecto, el más pequeño, igualmente se puede hablar de éxito. Se trata de una inyección de dólares que Mendoza y el país necesitan y servirá para generar empleo genuino en la provincia después de décadas.

Considerando la cantidad de inversores, y que llegaron de la mano de UBS, un banco con rodaje y experiencia en el sector, se puede pensar que por lo menos un proyecto pequeño se podría concretar. Recordemos que -según se indicó públicamente- el banco cobra a partir de que se concrete la sociedad entre un privado y PRC S.A.U. Considerando eso, queda claro que UBS le llevó a Suarez inversores con los que puede cerrar algún acuerdo, ya sea por mayor o menor nivel de inversión.

En la empresa a cargo del yacimiento, apuntaban antes del viaje a encontrar una inversión de US$1.000 millones, un monto complejo y altísimo que permitiría hacer un proyecto con una producción mucho mayor a las 200 mil toneladas anuales. Según Guiñazú, también hay ofertas en ese nivel y, de concretarse, no sólo sería un éxito para la gestión, sino que para el mismo funcionario a nivel personal, ubicándolo en otro nivel de la gestión y por encima del resto de los referentes económicos del Estado.

Además, en el caso de Guiñazú, el hecho de reactivar PCR le permitirá avanzar con su idea de ampliar el espectro de la empresa que dirige a otros sectores de la minería. Ayer en declaraciones difundidas por el Gobierno, el CEO de la compañía dijo que "la provincia no tiene el interés en mantener el control, buscamos un inversor que tenga capacidad financiera y capacidad operativa sobre el proyecto y eventualmente nosotros le estamos aportando el activo principal que es el yacimiento y una serie de activos físicos". 

Claramente un socio inversor con una fuerte suma de dinero no dejará abierto el control del proyecto al Gobierno, pero sí está el interés estatal de mantenerse como parte de la propiedad en un nivel minoritario, como dijo Suarez el martes. En ese contexto es que -tal como dijo Memo- el modelo de negocios apunta a buscar socios y avanzar con proyectos mineros -en principio- que se puedan desarrollar bajo la 7.722.

Mirando el panorama completo del potasio, si Mendoza logra reactivar el yacimiento será un logro de la gestión, porque se recupera un proyecto que estuvo perdido y genera beneficios para la provincia, no al nivel de la idea inicial de Vale, pero suma en un contexto muy complicado en lo económico y productivo.

Además, si logra aprovechar el aumento de precio del potasio y este se mantiene en el tiempo, quizás un proyecto pequeño se puede ir ampliando a uno mayor considerando un posible viento a favor. Tampoco es menor conseguir un inversos en medio de anuncios de Nutrien para aumentar su producción a 18 millones de toneladas y con BHP avanzando con Jansen, su proyecto que apunta producir 4 millones de toneladas en la primera etapa, 4 millones más en la segunda y con un potencial total de 17 millones de toneladas anuales.

Por eso, lo que venga va a ser bueno. Si es más grande es mucho mejor y será el primer paso para que el Gobierno se entusiasme en el desarrollo de la actividad minera después del fracaso que significó para ellos la derogación de la 9.209.

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