Entró el último proyecto de ley del paquete de reformas en Salud

Se trata de la ley de Salud Mental que busca fortalecer el nivel primario de atención y elevar el presupuesto específico para el área

"Lo que hace este proyecto es ubicar en un escenario de prioridad a la Salud Mental, cosa que no ha ocurrido nunca; por lo menos- no sé si nunca- pero no en los 26, 27 años que yo llevo ejerciendo mi profesión. La Dirección de Salud Mental es la primera vez que tendrá un presupuesto directo", dice Manuel Vilapriño, psiquiatra, actual director de Salud Mental y Consumos Problemáticos de la provincia sobre el proyecto de ley que ingresó por la Cámara de Diputados de la Legislatura para empezar a darle tratamiento.

Fue el último en ingresar porque requiere de una modificación del presupuesto provincial, ya que elevará al 25% de lo recaudado en ingresos brutos tributados por casinos privados y juegos en línea, por los servicios vinculados con juegos de azar y apuestas.

El punto sobre los recursos es clave ya que la Ley nacional 26.657/13 de "Derecho a la Protección de la Salud Mental" estableció que el 10% del presupuesto total del ministerio de Salud debe ser dirigido a cuidar y prevenir patologías mentales. Sin embargo, cada provincia ha otorgado los porcentajes que pudo. En el caso de Mendoza, se acercan actualmente al 4% y la intención es escalar este importe.

Según Vilapriño el proyecto tiene por objetivo contener los aumentos de patologías mentales que están siendo registrados en todo el país, y por supuesto, Mendoza no es ajena al problema.

Un estudio del Observatorio de Psicología Social Aplicada, de la Universidad de Psicología de la UBA realizado en 2022, sobre 2.295 casos en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Mendoza encontró que existen altos niveles de sintomatología ansiosa, sintomatología depresiva, conductas suicidas, consumos problemáticos y sintomatología psicológica sin especificar.

El estudio que toma aspectos socio demográficos, geográficos y hábitos respecto al consumo de alcohol, o hacer ejercicio físico revela también que los sectores más bajos tienen más posibilidades de desarrollar trastornos mentales, del mismo modo que encuentran más dificultades para acceder a los servicios de salud mental.

Ahora, el común denominador del total de 2295 participantes, es que el 75,95 % presenta una alteración del sueño de algún tipo. El 38,61% del total presenta insomnio o sueño interrumpido, el 21,39% duerme menos de lo habitual y el 15,95% duerme más de lo habitual.

Otro de los aspectos estudiados es la medicación que se toma para aliviar alguno de los problemas psicológicos: el 21,26% para disminuir la ansiedad, el 20,04% para dormir, el 16,38% para relajarse, el 13,81% para mejorar su estado de ánimo y el 11,63% para manejar sus "nervios".

El estudio también analiza la relación con la actividad física, el acceso a la consulta médica, qué aspectos continuaron siendo vistos luego de la pandemia, cuando quedaron en evidencia muchas patologías mentales, etc.

Y concluye en que "el 12,27 % de los participantes presenta riesgo de padecer un trastorno mental. Este porcentaje se encuentra muy cerca del hallado en 2021 por nuestro equipo de investigación y es significativamente superior a los porcentajes hallados durante el inicio del año 2020. Es necesario recordar que en ese año se produjo la crisis de COVID19, durante la cual nuestro equipo observó un incremento del 4,86 % en marzo hasta 8,1% hacia octubre de ese año. No se han vuelto a los niveles pre-pandémicos, sino que en 2021 y 2022 encontramos porcentajes de riesgo de padecer trastornos mentales mayores a todo el 2020. 

Los participantes con un nivel socioeconómico autopercibido más bajo y con un nivel educativo más bajo así como menor edad, mostraron los niveles más altos de malestar psicológico. Hallazgos previos muestran una consistente asociación entre nivel socioeconómico percibido y riesgo de trastornos mentales".

En definitiva, con estos datos expuestos, Vilapriño entiende que la reforma de la norma permitirá disminuir o aliviar el impacto que tienen estas patologías.Por lo que es necesario contar con más recursos para reforzar el primer nivel, es decir, la prevención y la promoción en los centros de salud. La mirada tiene que estar puesta en todos los ejes y no solamente en lo hospitalario. Esta ley es una buena noticia ya que la clase política en general le ha puesto la mirada en la importancia que tiene la salud mental"




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