Cómo la pandemia aceleró el proceso de independencia financiera de la Iglesia

Se discutió la posibilidad de crear un impuesto para que los católicos fueran los que sostuvieran a la Iglesia, pero no hizo falta. La solución vino de parte de las nuevas tecnologías y el Episcopado ya lanzó su Programa FE de recaudación, mientras el Estado congeló sus aportes y la curia renuncia progresivamente a sus aportes.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Un cruce de hace dos años entre el Episcopado y el jefe de Gabinete de Mauricio Macri, Marcos Peña, dejó plantada la bandera de lo que podríamos denominar como "la independencia económica" de la curia católica con respecto al Estado. En aquel momento, Peña embistió al señalar que los recursos destinados al sostenimiento de la fe católica representaban 130 millones de pesos en el presupuesto nacional, destinados básicamente a salarios de los obispos. Pero la Iglesia no se quedó atrás. El obispo de San Francisco, Córdoba, el mendocino Sergio Buenanueva, salió al cruce con un proyecto que descolocó a la política: separarse, manejar sus propias cuentas y recaudar de los aportes de los fieles acólitos. Dijo algo más: que lo que el Estado ponía no alcanzaba ni para cubrir el 4 por ciento de sus necesidades.

Así planteadas las cosas, la máxima autoridad católica en Argentina, el Episcopado, se metió de cabeza a trabajar en el tema. 

- Se acordó con el gobierno de Macri ir renunciando progresivamente a los aportes estatales. 

- Hoy, las respuestas a las consultas realizadas por Memo dan cuenta de que, por lo menos, no se actualizaron los montos de 2018 y, atentos a la carrera inflacionaria, los aportes resultan exiguos ante las necesidades de la estructura eclesiástica.

- La pandemia, con sus consecuencias negativas está dejando un avance. Según le contó Buenanueva a Memo, la virtualidad ayuda a generar nuevas formas de recaudación y activó la solidaridad de los católicos.

Desde la ciudad cordobesa de San Francisco, Buenanueva relató que "al menos, aquí en nuestra región, nos ha sorprendido gratamente las propuestas de ayuda, especialmente el tiempo en que no hubo celebraciones comunitarias: los mismos fieles han tomado la iniciativa de sostener sus comunidades parroquiales con diversos tipos de aportes". 

Sergio Buenanueva.

Consideró que "esto es una muy buena señal: se acelera el proceso de toma de conciencia, ya que cada vez son más los católicos que caen en la cuenta de que, ya ahora, somos nosotros, no el estado, los que sostenemos nuestra Iglesia con nuestro aporte. Y que esto hay que sostenerlo y desarrollarlo con más fuerza aún", dijo.

Agregó al respecto que "una prueba de fuego ha sido la colecta anual de Caritas". Es que cuando todavía no habían vuelto las celebraciones religiosas, se usaron medios electrónicos (homebanking, por ejemplo) y otras formas de colaboración. En San Francisco, el aporte fue muy bueno; en algunos casos, un 60% más que el año pasado. Este fin de semana tenemos la Colecta Más por Menos. Veremos cómo nos va", contó.

De una discusión eterna a una solución portable

En algún momento se plantearon alternativas legislativas para crear impuestos a los que podrían adherir voluntariamente los fieles católicos. Sin embargo, el Estado seguía estando en el medio, recaudando y redistribuyendo.

Sin embargo, las nuevas tecnologías (básicamente, los teléfonos que todo el mundo tiene)  juegan a favor de una relación directa entre aportante y beneficiario, quien solo tiene que rendir las cuentas correspondientes por ley al Estado y aportar lo que le toca, y rendirles cuentas a sus contribuyentes, cosa que hace a través de una web de transparencia que puso a disposición la Conferencia Episcopal Argentina.

¿Independientes, autosustentables y modernos (al menos en lo que a recursos corresponde)?

De lo que se señala por la Iglesia surge que se ha desarrollado un avance crucial en materia financiera, como por allí no se da en otros aspectos, en los que la curia queda envuelta en cuestiones dogmáticas que alimentan críticas todo el tiempo.

Pero puntualmente en el aspecto de sostenibilidad de la estructura católica, dejan en off side a quien pretenda correrlos por ese lado, al menos desde la política.

Ya habilitaron un portal para aportes y para la consecución de recursos de parte de sus acólitos, pusieron a rodar el Programa FE, del cual el obispo auxiliar de Mendoza, Marcelo Mazitelli, es uno de los referentes regionales.

Básicamente, consiste en:

1- Donación por intermedio de la web, a la que puede accederse haciendo clic aquí.

2- En las parroquias, mediante el uso de código QR.

3- Aporte en los colegios católicos.

El dato extra que se desconoce, es que todos esos aportes están alcanzados por la ley 20628 por lo que se les deducen el Impuesto a las Ganancias, algo que los magistrados, por ejemplo, no pagan y que sí empieza a cubrir la Iglesia.

En este video, la Iglesia explica a los suyos el plan:

Esta nota habla de: