Por octavo año consecutivo cayó la calidad democrática en Latinoamérica

La región experimentó un retroceso debido a los desafíos relacionados con la seguridad y la emergencia de proyectos políticos autoritarios

Por octavo año consecutivo, la calidad democrática de América Latina cayó varios puestos por los problemas de seguridad y el resurgimiento de proyecto autoritarios, según el reporte anual del Índice de Democracia de la Unidad de Inteligencia de The Economist que analiza la calidad democrática de 165 país a nivel global.

En consonancia con una tendencia general de regresión y estancamiento, todas las regiones experimentaron caídas en su promedio, pero América Latina y el Caribe -junto con Medio Oriente y el norte de África-, marcó el mayor descenso, con un promedio que pasó de 5,79 en 2022 a 5,68 en 2023, el puntaje más bajo desde que comenzó a publicarse el ranking en 2006 y la mayor caída interanual desde 2016. 

Cada vez menos latinoamericanos viven en lo que se considera una democracia plena. Mientras en 2022 este grupo integraba el 4% de la población regional, ahora es apenas poco más del 1%, debido a que Chile salió de esa categoría. La gran mayoría (54%) habita en un modelo de "democracia imperfecta", el 35% en régimen híbrido y el 9% bajo regímenes autoritarios.

Ahora solo dos países de América Latina integran el predilecto grupo de las 24 democracias plenas que hay en el mundo. La lista regional la encabeza Uruguay, a pesar de que registró un peor desempeño a nivel global al descender del puesto 11 al 14, debido a que flaqueó su cultura política, según el informe. Costa Rica, sin mayores cambios en su promedio, sigue firme en el puesto 17.

Chile volvió a ser considerado una democracia imperfecta. El país, que se caracteriza por tener instituciones sólidas, bajos niveles de corrupción dentro del aparato del Estado y altos niveles de libertades civiles, tuvo en leve descenso en cuanto a sus niveles de participación y cultura política.

"Según las últimas encuestas, más de la mitad de los chilenos dicen que prefieren que los expertos tengan más poder, lo que, según nuestro índice, demuestra una desconfianza en la democracia. Otra variable que explica el resultado es que el apoyo a la democracia en Chile es bajo y ha disminuido.

Encuestas recientes mostraron que el 36% de los chilenos opinan que los militares que llevaron adelante el golpe del socialista Salvador Allende "tenían razón", una cifra que hace 10 años atrás era del 18%. Además, aumenta progresivamente la cantidad de personas que defienden que el régimen de Augusto Pinochet fue "en parte bueno y en parte malo".

Algo similar ocurrió en Uruguay, donde "una alta valoración de los expertos en política y una disminución en el apoyo a la democracia, que cae por debajo del umbral exigente del 75%", explican el leve descenso en el puntaje.

En Argentina

La democracia en América Latina se encuentra en constante amenaza por el recrudecimiento de la violencia relacionada a los principales desafíos de seguridad, como el crimen organizado y el narcotráfico. 

Asimismo, otros dos factores han influido en el puntaje regional. El informe menciona, por un lado, "intentos de golpe de Estado", en relación a la inestabilidad política que experimentó Guatemala (régimen híbrido) tras el triunfo del actual presidente Bernardo Arévalo, cuyo traspaso al poder estuvo desafiado por fallos del poder judicial que buscaron impedir su asunción.

El segundo factor es la polarización, el factor que afectó al desempeño democrático en la Argentina, donde alcanzó "nuevos niveles en las elecciones presidenciales de 2023? que consagraron presidente al libertario Javier Milei. El país, categorizado una vez más como "democracia imperfecta", descendió cuatro casilleros en el ranking respecto del año anterior, llegando al puesto 54 a nivel global y manteniendo el noveno lugar en la región. Con un peor desempeño en cuanto a la participación política y a la cultura política, el promedio de la Argentina fue de 6,62 sobre 10, una cifra que llama la atención al compararse con las de 2019 y 2015, dos años electorales en los que el país registró su mejor puntaje hasta ahora (7,02).

"Las elecciones presidenciales de Argentina en 2023 fueron las más polarizadas en la historia reciente del país, enfrentando dos populismos extremos: uno de derecha y otro de izquierda. Esto elevó los niveles de confrontación a niveles inéditos, con ambos bandos utilizando un lenguaje existencial sobre el futuro de la democracia argentina", señala el informe.

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