Unión por la "paria" y Juntos por el "rancio"

Tanto el PJ como el PRO parecen entrampados a nivel nacional bajo las figuras y modelos de liderazgo de Cristina Fernández y Mauricio Macri.

Hernán Bitar

Adoctrinados o convencidos de que "todo tiempo pasado fue mejor", a muchos no parece preocuparles que los dos espacios políticos que tuvieron responsabilidades directas sobre el estado económico de la Argentina actual, sigan apelando a viejos liderazgos de personas que no quisieron o no supieron poner al país en la senda del desarrollo

Tanto el PJ como el PRO, parecen entrampados a nivel nacional bajo las figuras de Cristina Fernández del difunto Kirchner y Mauricio Macri, hijo de papá Franco.

Empezando por el peronismo, que aún se encuentra aturdido por la derrota electoral frente a un "outsider sin aparato" o titular de un "fenómeno barrial" cómo supieron decir de Javier Milei y La Libertad Avanza, hay que decir que decidió enterrar el liderazgo de Alberto Fernández y otorgarle la conducción del partido a un cuerpo colegiado.

Lo curioso, es la falta de autocrítica en dos sentidos: primero, al fracaso de "la jefa" en haber anunciado como su candidato a Presidente en 2019 al ahora autoexiliado Alberto Fernández y segundo, haberle concedido el joystick de la economía nacional, entre 2022 y campaña electoral del 2023, al "traidor" Sergio Massa.

Alberto sólo fue popular durante los primeros meses de la pandemia, hasta que se conocieron los escándalos del "vacunatorio VIP" y las fiestitas en Olivos. Massa, hoy es recordado por su "plan platita" para intentar ganar la elección en 2023, con las consecuencias lógicas de una emisión de dinero descontrolada y una inflación desbocada.

Sin embargo, el PJ con tal de no desacreditar el relato cristinista, prefiere apuntar contra los títeres y no contra la titiritera. Además, la nueva conducción del partido que será definida por una "Comisión de Acción Política", podría derivar en que un alfil de CFK se transforme en el nuevo Presidente Nacional del PJ: Nada más y nada menos que Axel Kicillof.

Sí, la "joven" promesa de la economía que prometió la renacionalización de YPF a costo cero, y aún no se sabe si por vía judicial la Argentina será condenada a afrontar un pago por USD16.000 mil millones de dólares por la justicia de Estados Unidos.

En la otra vereda, el escenario del PRO se asemeja bastante al PJ. Sin reconciliación posible entre "halcones" y "palomas", llamó la atención que los dos sectores apuesten a que un viejo líder pueda salvar los muebles del partido con abundancia de ADN porteño.

Así las cosas, Mauricio Macri conducirá por primera vez como Presidente el partido que él mismo fundó. Habrá que ver qué tipo de apoyo logra el expresidente con dos ideas centrales para revivir a los amarillos: primero, federalizar el partido y dejar de ser un espacio político "porteñocéntrico"; segundo dotar a los globos de una mirada libertaria o en el peor de los casos, forjar un nuevo frente con Javier Milei y la Libertad Avanza, sin extinguir al PRO.

La paradoja del PRO es que muchos de los que en 2019, mientras "El Gato" buscaba la reelección presidencial y la unidad de Juntos por el Cambio, decían "lo de Mauricio es un ciclo terminado", en esta oportunidad prefirieron no presentar oposición a su conducción.

Tanto María Eugenia Vidal, como Horacio Rodríguez Larreta, otrora "nuevos líderes" del PRO Nacional, se resguardaron y evitaron competir. Además, Patricia Bullrich, que estaba a cargo de la presidencia del partido, fue la primera en pegar el salto al "mileísmo", aceptando el cargo como Ministra de Seguridad de la Nación.

Con todo el pasado por delante en los espacios políticos que tuvieron la centralidad del poder durante los últimos 20 años, resulta curioso que los analistas políticos despotriquen tanto por las formas y el tono del oficialismo por sus intentos para ordenar la economía por cuánto diario, radio o canal de TV se les ofrece lugar, y prefieran las omisiones a la hora de señalar a los responsables de los desajustes económicos actuales.

Mientras tanto y sin aval en el Congreso, la Libertad avanza sin perder demasiada popularidad en relación al tamaño y velocidad del ajuste, la denominada "casta" sigue unida por la paria y juntos por el rancio.

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