Por qué hoy le toca al ciudadano la batalla contra el covid-19

En la nueva etapa de la pandemia, las autoridades nacionales y provinciales optaron por no aplicar restricciones. Por qué hoy no está mal que se le traspase responsabilidad al ciudadano.

Aunque en su momento hubo que ser críticos porque se hicieron las cosas mal, la pandemia de covid-19 avanzó a una etapa tal que ya no todo puede depender del Estado y es necesario que el ciudadano ponga su parte y, mirando lo sufrido en el pasado reciente, actuar con responsabilidad y respeto por el prójimo.

Claramente no nos vamos a olvidar que se hizo la cuarentena innecesaria más larga del mundo y que se improvisó demasiado, pero cuando el gobierno nacional descarta aplicar nuevas restricciones y delega en las provincias, y éstas a su vez, delegan en los municipios, estamos hablando de una clara señal de las autoridades que apunta a decir "muchachos, es el momento que comiencen a cuidarse un poquito de manera responsable y no esperar que todo sea mano dura y encierro".

Ese pedido parece ser más justo en este momento porque desde el nivel central, y desde el provincial, se avanzó con los fundamental, que es el plan de vacunación. Aunque demoraron en llegar y hubo problemas en el inicio, la logística mejoró y comenzaron se recibieron vacunas de manera constante, tanto así que hoy no faltan compuestos, sino que faltan los brazos de los rebeldes que insisten en hacer la suya y seguir pensando que todo es una operación internacional de todas las entidades habidas y por haber.

En Mendoza, particularmente, no tiene sentido que haya más restricciones porque se trabajó mejor la emergencia que a nivel nacional y el tiempo le dio la razón a la administración provincial cuando avanzó en mayor flexibilización. Incluso, también el manejo de la vacunación se diferenció y la apertura universal a demanda marcó una diferencia importante en el avance de la inmunización.

Otro punto por el cual el Estado ya no debe aplicar restricciones, es porque el sistema sanitario no presenta estrés, lo que demuestra que la responsabilidad individual es la única forma para poder seguir funcionando sin afectar la economía y pasar lo que queda de pandemia, pero más preparados a partir de la vacunación.

Aunque estos son los puntos a favor, tampoco vamos decir que todo es perfecto, porque la gran deuda del ejecutivo nacional fue la cantidad de testeos, la cual fue baja desde el inicio de la emergencia sanitaria y nunca fue una prioridad. Por esa misma situación, hoy y con esa falencia, la única forma para mantener todo en marcha y controlar en la medida que se pueda el virus, es cuidarse y vacunarse.

Tampoco vamos a decir que vivamos normalmente y tratemos al covid como cualquier enfermedad, porque los argumentos científicos para no bajar la guardia refutan fácilmente esa afirmación. Siempre va a ser mejor no contagiarse de un virus que recién comenzamos a conocer y que llegó para quedarse a convivir, como otros que hace rato nos acompañan.

Así las cosas, y recalcando el efecto de la vacunación, sigamos con la inmunización y cuidémonos de manera responsable, porque es nuestro momento en esta batalla.

Igualmente, llegará el momento de los balances y ver qué se hizo y qué no, llegará el momento de saber qué pasó realmente con Pfizer y si le cobramos a los rusos los incumplimientos con el segundo componente, entre otras cosas. Ahora, es el momento de remar para el mismo lado, no poner palos en la rueda y cuidarse más que nunca.

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