Políticos vs técnicos

¿Son contradictorias las figuras del técnico en el gobierno y del político? En esta nota, Pablo Gómez indaga y ofrece su respuesta sobre esa discusión.

Pablo Gómez

Hay en la función pública de cada gobierno una cierta cantidad de agentes que son considerados, tanto en el entorno en el que se mueven como por ellos mismos cuando se autoevalúan, como "políticos", así como hay otros considerados "técnicos"; y al parecer, se supone que son características excluyentes una de la otra: o se es político, o se es técnico.

El agente técnico es, en general, una persona que tiene el conocimiento específico del tema del área en el que se desempeña, y toma sus decisiones en función de ese saber, sin que influyan en su punto de vista cuestiones que sean ajenas a hechos científicamente demostrables. Planteado así, pareciera ser una persona maravillosa que va a solucionarnos todos nuestros problemas, y que puede seguir siendo funcionario sin importar quien gobierne porque, bueno, es la persona más capacitada para analizar la problemática en cuestión, y encontrar las soluciones a la misma.

Pero lo cierto es que, al menos en mi opinión, como regla general no hay una sola solución a cada problema que se le presenta a un gobierno, y cada solución tiene además sus efectos colaterales. Estos efectos por ser considerados secundarios suelen ser minimizados, porque en definitiva y más allá de sus capacidades específicas, quienes definen técnicamente cual es la parte medular de un problema y cuáles son sus efectos adversos, son seres humanos que presuponen que ciertas cosas son mejores y tales otras son peores, por lo que las soluciones que presentan, aún quizá sin darse cuenta, tienen el sesgo de su propia formación.

Las soluciones además, al menos en la función pública, deben responder a un problema que escapa a la teorización de la cuestión, se trate del tema que se trate: al aprobarse, serán implementadas para un conjunto de habitantes de un lugar, los cuales deberían ver mejoradas sus condiciones de vida en el largo plazo con esas medidas, pero también en lo cotidiano. Porque de nada sirve que la política implementada, por ejemplo, me permita comprar el doble de alimentos el mes que viene, si no tengo nada para comer en este mes: simplemente, no voy a llegar a ver las virtudes del programa implementado porque voy a dejar la vida en el camino.

De este modo, debería ser una persona del grupo de las denominadas "políticas" la que tome la decisión final; no a su antojo, ni desde la simple intuición: es importante sí que se rodee de agentes con los conocimientos técnicos necesarios para poder tener a su disposición el abanico más amplio de posibilidades antes de tomar una determinación pero, una vez que se le han presentados los pros y los contras de cada una de las opciones es, como bien se dice (aunque no siempre se dice bien), "una decisión política" la que hay que tomar, y es un/a político/a quien debe tomar esa decisión. Esa persona además, dependiendo del sector del arco partidario del que provenga, entenderá como prioritarias algunas acciones y como efectos colaterales a otras que, quizá, una persona de otro color partidario considere diferente: es entonces importante que, atendiendo a quienes se han elegido según las reglas de la Democracia, se puedan llevar adelante decisiones políticas, basadas en conocimientos técnicos, pero respondiendo a los principios que defiende quien sea la persona que deba implementarlas.

En definitiva y resumiendo, en mi opinión, mientras más alto es el rango de la persona que ocupa la función pública, más debe ser un/a político/a que entienda la generalidad de las medidas que va a tomar, y que capte por ejemplo que una decisión que se tome en el área de salud afecta a la economía, y viceversa. De ese/a dirigente "para abajo", y mientras más específico sea el tema del que se ocupe la persona, más técnica debería ser, y más compenetrada con el conocimiento específico de su área; porque es fundamental su punto de vista lo más imparcial posible, para que sean después quienes están a cargo de las políticas del gobierno quienes determinen cual es la mejor implementación para cumplir con el abanico de decisiones que la sociedad necesita. Debemos de todos modos acabar con la contradicción que determina que una misma persona no puede tener ambas capacidades: sí es probable que predomine una sobre la otra, pero la complementación de ambas aptitudes es la que determinará, finalmente, la real valía de la dirigencia que dictamina nuestros destinos.


Esta nota habla de:
¿Estás de acuerdo con la prohibición de la Ciudad de fumar en determinados espacios abiertos?