No somos lindas, no somos feas

Cuando se habla de "envejecer bien" estamos hablando de aceptar la vejez como una etapa más de la vida, de permanecer activas, de tener proyectos, de que se respeten nuestros derechos, de que no se estigmatice esta etapa, pero de ninguna manera envejecer bien significa parecer joven

Rosa Cattana
Jubilada Ex docente universitaria Militante de Arrugas más, arrugas menos (agrupación feminista de mujeres mayores) Coordinadora del observatorio de derechos humanos de la Universidad Nacional de Río Cuarto

Días pasados ha sido noticia el hecho de que Alejandra Rodríguez, una abogada y periodista platense de 60 años fue coronada como Miss Universe Buenos Aires, convirtiéndose en la primera mujer de esa edad en alcanzar dicha distinción.

La participación de Alejandra Rodríguez en el certamen fue posible recién este año, ya que a fines de 2023 Miss Universe tomó una medida de inclusión al eliminar el límite de edad que, desde 1958 establecía que las concursantes debían tener entre 18 y 28 años. Actualmente solo es necesario ser mayor de edad.

Alejandra posee un tipo de cuerpo, de rostro y de piel que se asemejan mucho más a los de una mujer de 30 que a una de 60 años. Es bella, cumple con todos los parámetros de belleza hegemónica o culturalmente aceptados. Según lo que ella expresa en distintos reportajes, su belleza se sostiene con una alimentación saludable y actividad física, aunque reconoce que puede haber algún componente genético ya que su madre también era muy linda.

Alejandra parece más joven, tiene un tipo de belleza inalcanzable para la mayoría de las mujeres de su edad. Obtener una competencia de estas características, con 60 años cumplidos, no resulta habitual en ningún lugar del mundo.

Me alegra por ella que haya logrado su objetivo, que se haya cumplido su sueño.

Celebro cada vez que una mujer mayor de 60 años, es activa, tiene proyectos, se juega por sus proyectos y los lleva a cabo.

Celebro cada vez que alguna norma se modifica para hacerse más inclusiva.

Podemos pensar que esta modificación en la normativa desafía las percepciones tradicionales y fomenta una narrativa de belleza más inclusiva y empoderadora.

Una narrativa que construya una imagen

De todas maneras, quisiera advertir acerca de la frustración que a muchas mujeres mayores puede producir una narrativa que pondere de manera excesiva valores de juventud presentes en una mujer de 60 años. En una sociedad en la que existe una obsesión social por mantenerse joven, pues si bien la juventud no es el único requisito para ser considerada bella, es una condición imprescindible. Los modelos de juventud atraviesan las expectativas sociales, en la que la prescripción de mantener un aspecto juvenil hasta la vejez todavía oprime a las mujeres y ejerce efectos devastadores en la autoestima de las mujeres mayores.

En ese marco, es importante resaltar que cuando se habla de "envejecer bien" estamos hablando de aceptar la vejez como una etapa más de la vida, de permanecer activas, de tener proyectos, de que se respeten nuestros derechos, de que no se estigmatice esta etapa, pero de ninguna manera envejecer bien significa parecer joven

Se hace necesario entender que las características físicas de Alejandra son excepcionales, que para distintas mujeres mayores pueden ser deseables, no deseables o intrascendentes, pero no son metas factibles para el conjunto.

Las feministas mayores pretendemos derribar los estigmatizantes estereotipos de belleza que impulsa el mercado.

Es hora de acabar con los estereotipos y replantearnos el culto a la juventud

La única respuesta que cambia las reglas, desafía estereotipos y ayuda a que la sociedad evolucione, es el disfrute y el orgullo por nuestros no jóvenes rostros y cuerpos.

Sentir orgullo por el rostro y cuerpo en el que nos convertimos, nos va a hacer más felices en lo personal, pero también va a hacer de esta sociedad una más inclusiva.

A esta altura de la nota, y por si no ha quedado claro, deseo resaltar que no estoy hablando mal de Alejandra, sino solo tomando este relato para hablar de lo que me interesa que es la lucha por los derechos de las mujeres mayores y la no estigmatización de la etapa.

Esta dualidad en lo que he expresado, por un lado, me alegro por los logros de una mujer coetaria, pero a la vez advierto que este hecho puede profundizar la doble discriminación por género y por edad de la que somos objeto las mujeres mayores, tiene su origen en la realización de un certamen de belleza, evento que desde los feminismos venimos cuestionando desde hace tiempo.

Desde los feminismos, casi no hace falta decir que los parámetros de belleza son formas de opresión machista. Si bien en algunas oportunidades se pretende minimizar la cuestión argumentando que además de la belleza de las participantes se tienen en cuenta su formación cultural y/o académica, no puedo dejar de señalar que incluso en esas situaciones se encuentran presentes conceptos y estereotipos. Porque la belleza es también un terreno de competencia entre pares, una de las formas privilegiadas de dominación

La película Miss Revolution que puede verse en una popular plataforma de streaming, recuerda el boicot al concurso de Miss Universo 1970, por parte del Movimiento de Liberación de las Mujeres de Gran Bretaña. "No somos lindas, no somos feas, estamos enojadas" era una de las consignas de las integrantes de este movimiento.

Ese año fue elegida la representante de Granada, Jennifer Hosten, la primera Miss Universo negra. En la película, en una charla ficcionada en el baño, mientras se llevan detenida a una de las organizadoras del boicot, Jennifer le plantea que su coronación les abrirá otros horizontes de posibilidades a las niñas de su país. La activista le responde "la belleza no debería ser la puerta para esos sueños".

La respuesta de la activista también podría ser válida para los sueños de las mujeres mayores. Porque la vida no termina con la jubilación ni con la menopausia, la vejez es una etapa más de la vida, que en el país y región comienza a los 60 años tal como está establecido en la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. 

En esta etapa, las personas generamos proyectos muy diversos, pueden estar vinculados con la profesión, la cultura, el arte, el amor, el sexo, la familia, los viajes, y deseamos como todas las personas, poder llevar a cabo esos proyectos, poder cumplir esos sueños y sería deseable que no sea la belleza la puerta para cumplir esos sueños.


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