Abatatados: si la política no traza un horizonte, ¿quiénes?

Todo indica que empezó la campaña electoral opositora en medio de un oficialismo mendocino que se encuentra sin poder imponer sus proyectos, a pesar de haber ganado con contundencia.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Los escuderos de Rodolfo Suarez parecen estar abatatados ante la embestida organizada que el peronismo está realizando para ponerle pausa a los proyectos que impulsa o los debates que propone. Están sumergidos en un error: creer que los planteos son espontáneos y bienintencionados, cuando con un simple repaso por las filtraciones de los grupos de WhatsApp del Frente de Todos, da cuenta de órdenes en torno a lo que la militancia debe hacer. Y de repente, lo hacen. Y más: consiguen su objetivo, que es paralizar acciones.

El Gobierno, por cierto, puede también estar equivocado y sus acciones y propuestas, incompletas. Pero en los ámbitos en que se debe dar la discusión, que son los políticos, aparecen anestesiados, dando una batalla intelectual y dejando la idea de que desconocen que, en realidad, se ha iniciado una campaña electoral.

Todo parece contradictorio e irónico, porque con la excusa de la pandemia no se quiere cambiar nada ni tratar ningún tema, pero en medio de la pandemia se hace campaña política en la cual, por definición, deberían discutirse ideas, propuestas y cada partido debería plantear un horizonte.

Hoy, ninguno define una idea de futuro en la pospandemia y quien propone algo es bajado a tuitazos o sometido a un torbellino de declaraciones que nadie parece saber cómo refutar. 

Es la política la encargada de la tarea de crear un horizonte: tienen que ofrecer una perspectiva de esperanza con fundamentos sólidos. La mala política trata de borrar una línea/objetivo y gana con el crecimiento de la incertidumbre, como lo señala el viejo y sabio dicho de que "a río revuelto, ganancia de pescadores".

Si los efectos mentales de la pandemia afectan a la dirigencia, como ya pasó, con el expresidente interino Eduardo Duhalde, y la política se vuelve zombie o adormilada, ¿quiénes quedarán habilitados para su remplazo?

La sociedad necesita una dirigencia despabilada y eso cuesta esfuerzo, estudio, trabajo, dedicación. La sensación es que algo falta en los ámbitos políticos y se puede especular con muchas posibilidades: ¿falta confianza entre los protagonistas o falta liderazgo? ¿Los partidos están participando en las discusiones o se mueven a impulsos de personas en forma inorgánica? ¿Las líneas estratégicas tanto del oficialismo como de la oposición son acompañadas por los cuadros políticos y técnicos o rige la dispersión?

Estamos todos soportando un cansancio y un peso extra en medio de una situación no calculada. Es probable que resulte un filtro y en el futuro miremos a esta época como un tiempo de definiciones, una especie de Armagedón político en donde unos irán al Paraíso y otros al Infierno, siguiendo con el mito religioso. Por ahora, en el Purgatorio nos sentimos confundidos y culposos. (Y es una buena oportunidad para volver a leer La Divina Comedia deDante Alighieri, mientras aguardamos que alguien defina algo).

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