¿A nadie más le preocupa que no tengamos un plan pospandemia?

Pasan las semanas y Mendoza tiene mayor flexibilidad en medio de la cuarentena. Aunque no hay que descuidar las medidas, es tiempo de comenzar a conocer los planes para reactivar la economía pospandemia.

Mendoza recuperó un nivel de normalidad que le quitó la tensión que estaba sumando la cuarentena a partir de las continuas extensiones. Sin embargo, no hay que descuidar las medidas sanitarias e ir avanzando lentamente en la apertura de actividades.

El avance en la apertura de distintos frentes productivos permitirá también ir haciendo un diagnóstico de la situación económica en Mendoza, en realidad permitirá tener algún tipo de parámetro respecto al nivel de caída de cada actividad. En ese sentido, lo que realmente tiene que preocuparnos es la ausencia de un plan para el período pospandemia, algo que quedó completamente relegado a partir de la posición que tomó el Gobierno nacional en su discusión binaria de salud versus economía y que, necesariamente, se replicó en las provincias.

La ausencia de un plan de reactivación en el nivel central cae de carambola a todas las administraciones provinciales que hoy dependen -única y absolutamente- de lo que pueda aportar el Estado nacional, como es el caso de Mendoza. Es muy difícil proyectar un plan para reactivar la producción cuando ni siquiera se puede asegurar el pago de los aguinaldos a partir de los problemas de recaudación. Sin embargo, eso no puede ser la justificación, porque para eso están las mentes que tenían -y tienen- que proyectar a Mendoza, ahora con otro escenario, pero que fueron designados en el Estado para cumplir esa función y aún no hay señales de que tengan alguna idea importante en mente.

No le podemos pedir al gobernador que se haga cargo de todo, principalmente porque para eso hay equipos técnicos que se ocupan de estas cuestiones. Tampoco es válido pensar en Portezuelo del Viento como la solución a todos nuestros problemas, porque no lo será y nos faltarían un par más de represas para pensar que desde allí saldrá todo lo que necesitamos para salir adelante.

A favor de los que tienen que planear la reactivación, tienen una condicionante importante en la renegociación de la deuda de la Argentina y también la de Mendoza, pero no implica que por lo menos alguien salga a darle algo de claridad a quienes desarrollan alguna actividad económica en la provincia.

El discurso binario, en reemplazo del multidimensional que hace falta en estos casos, surgió desde la Nación y bajó a todas las provincias. Por eso, no hay plan económico y tampoco plan pospandemia, algo que en otros lugares del mundo ya se trabaja y se activa.

Si miramos a otros países, tal como le gusta al presidente, en materia económicas están muy avanzados. Es cuestión de mirar a dos de los países que están sufriendo más la pandemia, como Perú y Chile. En los dos casos se están enfrentando a un complejo panorama en materia de salud, pero aún así tienen a sus equipos técnicos trabajando en los programas de recuperación pospandemia.

En los dos casos ya solicitaron líneas de crédito flexibles al FMI, es decir, los préstamos que hace el Fondo para los países ordenados y a los que no les pone condiciones ni les dicen cómo gobernar. Lo hicieron pensando en la liquidez ante la posibilidad de que los efectos de la pandemia se extiendan en el tiempo y se necesite la inyección de recursos en actividades específicas. Además, ambos países tienen acceso a créditos internacionales y tienen como principal actividad económica a la minería (exportando US$25.000 y US$35.000 millones anuales), la misma que les sirve como garantía para pedir nueva deuda o refinanciar la antigua.

No copiemos lo que hicieron en materia de salud, pero veamos qué están haciendo en materia macroeconómica porque claramente les ha ido mejor que a nosotros y los resultados están a la vista. Pensemos un plan de reactivación local porque todos los sectores lo están necesitando, por lo menos para saber si les conviene seguir apostando por su negocio o es mejor cerrar las puertas y evitar sumar más deudas.

La Nación va a demorar mucho en tener un plan, lo van a postergar la mayor cantidad de tiempo posible, pero se puede dar el lujo porque tiene los recursos que en las provincias escasean. Aprovechemos el tiempo y no esperemos más porque puede ser demasiado tarde.

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