Un hermoso y original edificio racionalista: "Playas Serranas"

"Playas Serranas" nació como un sitio abierto de recreación. En él funcionaba un balneario y una renombrada confitería bailable. Fue construido para que la gente que no podía acceder a los clubes del parque, pudiera bañarse en el lago.

Alejandra Cicchitti

Marcela Scaramella es Arquitecta, Magister en Docencia e Investigadora en nuestra provincia. Una entusiasta profesional que nunca ha dejado de buscar y conocer los rasgos de la arquitectura desde el siglo XX hasta nuestros días.

"Playas Serranas" nació como un sitio abierto de recreación. En él funcionaba un balneario y una renombrada confitería bailable. Fue construido para que la gente que no podía acceder a los clubes del parque, pudiera bañarse en el lago. Otra intención fue brindar a la población mendocina, alejada física y psicológicamente del mar, la posibilidad de acceso al agua y a la arena.

(Foto Gentileza Mendoza Antigua)

La obra fue proyectada y ejecutada por los conocidos hermanos Civit. ¿Cómo fue su formación racionalista?

Manuel y Arturo Civit, nacieron en Buenos Aires en 1901 y 1903 respectivamente. Estudiaron en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires y luego continuaron sus estudios en Alemania donde aprendieron las nuevas ideas del Movimiento Moderno.

En el año 1929, cuando Le Corbusier visitó nuestro país, los hermanos Civit trabajaban en Buenos Aires en conocidos estudios de arquitectura que seguían los lineamientos del incipiente Movimiento Moderno, nacido en Europa. En Mendoza comenzaron su labor a partir de 1932 en la Dirección de Arquitectura de la Provincia, construyendo numerosísimas obras tanto en el ámbito estatal como en el ámbito privado. Sólo por enumerar algunas el Barrio Cano (1937), el Hospital Central (1937), escuelas de corte racionalista, como la escuela Videla Correa de la 5ª sección, y por supuesto Playas Serranas (1937).

"Inauguración de las Casas Colectivas durante el gobierno de Guillermo Cano. Actualmente denominado Barrio Cano" (Foto Gentileza Mendoza Antigua)

¿Cómo fue pensado este edificio desde el punto de vista arquitectónico?

Fue proyectado como un balneario, ubicado en el extremo Sur del lago del Parque y con una imagen muy particular que se encuadró en la corriente racionalista conocida como Arquitectura náutica o Yatch Style. Es por eso que hay en él una clara alusión a la arquitectura naval tanto en los espacios interiores como en las resoluciones volumétricas. Pueden observarse características tales como el color uniforme de sus muros, los ojos de buey como ventanas, la torre más

til, los volúmenes curvos y acristalados y la baranda metálica rodeando la terraza que asemeja la cubierta de un barco.

(Foto Gentileza Mendoza Antigua)

La actividad náutica ya existía en nuestra provincia con el Club de Regatas, cuyo edificio se adaptaba perfectamente al entorno. A esto se sumaba un singular barquito, llamado "La Cuyanita" que desde los años 20 surcaba el lago.

(Foto Gentileza Mendoza Antigua)

¿Por qué dejó de ser un balneario?

La intención náutica del lago sufrió un primer traspié cuando por motivos de seguridad se prohibió la natación en él. El edificio se vio directamente perjudicado e involucrado al clausurar con esta prohibición su actividad principal. Sin embargo continuó funcionando con igual esplendor algunos años más como confitería y salón de baile. Con el correr del tiempo la forma de barco comenzó a perder su sentido y empezó una etapa de búsqueda y paulatina decadencia del edificio.

(Foto Gentileza Mendoza Antigua)

¿Qué otras funciones tuvo entonces?

En la década del 60 y 70 se instalaron sucesivamente la "Escuela de Cadetes de la Policía" y la Escuela "Fray Luis Beltrán". Desde el año 1989 es sede del "Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Cornelio Moyano". En 1991 fue declarado bien patrimonial de la Ciudad de Mendoza y en agosto de 2017 fue declarado Monumento Histórico Nacional.

¿Qué modificaciones edilicias sufrió al convertirse en Museo?

Debido a las necesidades del Museo se cerraron todas las vistas que poseía hacia el exterior, se compartimentó el espacio interior mediante tabiques transformando un espacio abierto y con marcadas fluencias espaciales (preceptos del movimiento moderno) en un espacio compartimentado y estanco.

La escalera central - elemento icónico del espacio - que tenía como fondo los enormes ventanales con vista al lago, ya no cuenta con las vistas de otrora puesto que fueron cerrados para proteger las colecciones de la luz solar y aun así no ha perdido del todo su protagonismo. En el primer piso sucede lo mismo con los ventanales y debido a esto tampoco se puede acceder a las terrazas.

Ahora un poco de historia brindada y compartida generosamente por el sitio "Mendoza Antigua"

Desde 1937 y durante casi dos décadas, Playas Serranas dio a los mendocinos, la ilusión de una pequeña Mar del Plata. A comienzos del siglo XX existían balnearios para la gente pudiente en El Challao y El Borbollón. También se hacían ver en baños públicos como los de la Exposición (donde hoy funciona el Correo) o en las Ruinas de San Francisco.

(Foto Gentileza Mendoza Antigua)

Haciendo un poco de historia, en 1935, durante la gestión del Guillermo Cano, se proyectó la instalación de un balneario público para fomentar la práctica de la natación. Según explica una Memoria oficial de 1937 (año de su creación), la construcción fue emplazada al sur del lago para que los bañistas aprovecharan "el máximum de irradiación solar", puesto que los baños de sol también formaban parte de los propósitos del establecimiento.

(Foto Gentileza Mendoza Antigua)

Las playas podían usarse en verano de 8 a 13 y de 15 a 21 horas y en invierno de 9 a 13 y de 14 a 20 horas. Había dos cubiertas debajo de los vestuarios para reposar a la sombra y la más viva era la "Playa de sol ribereña", calculada para 3000 bañistas. La arena que cubría esta atractiva playa estaba formada por un grano suficientemente grande y bastante chica para que no molestara al contacto con la piel.

(Foto Gentileza Mendoza Antigua)

Dentro del edificio estaban los vestuarios para 400 personas cuya mayor novedad era el sistema moderno para guardar ropa: "con perchas separadas y aisladas que ocupaban poco lugar". La permanencia en esas áreas se acotaba al cambio de ropa y se debían usar trajes de baño enteros. Solo los menores de 10 años podían llevar pantaloncitos. Otro aspecto importante y para respetar era el de la higiene: los bañistas debían hacerse una revisación previa que valía 15 días y además tenían la obligación de lavarse con jabón al salir de los vestuarios, caso contrario cabía una multa o una suspensión.

Frente a la playa, en la isla, se construyó un trampolín olímpico con tres alturas diferentes para las zambullidas que sólo podían ensayar nadadores expertos y debajo de una olla de 5 metros para saltos ornamentales. Quienes solamente querían mirar, paseaban por una rambla que rodeaba el lugar al son de la música y publicidad que emitían altoparlantes.

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