Hallazgo de los Portones del Parque "perdidos": un Arizu desmiente a otro y lo desafía

Alberto Arizu dice que una propiedad suya exhibe los viejos portones peatonales del Parque San Martín que desaparecieron hace 82 años. Rodolfo Vargas Arizu, con el testimonio de su madre, Juanita Arizu, de 104 años, lo desmiente, pero a al vez le pide que, si fuera verdad, los devuelva.

Con la inauguración de "Raíces", la casona abierta al público de la finca "El Paraíso" de la familia Arizu, dueña de la bodega Luiggi Bosca, se conoció por boca de su propietario, el empresario Alberto Arizu que poseen allí uno de los Portones del Parque que se creían perdidos.

En diversas notas periodísticas, los impulsores de la nueva propuesta enoturística exhibieron lo que supo ser un complemento de los actuales tres pórticos, y que otrora fuera del ingreso peatonal, porque el gran espacio verde mendocino estaba cerrado perimetralmente. Los portones que Arizu dice que se trata de aquellos fueron quitados de su lugar original en 1940, cuando el Parque fue remodelado.

Según contó diario UNO, que dialogó con investigadores, arquitectos y patrimonialistas, el misterio duró 82 años y la versión que dio la historiadora Silvia Cirvini es que el arquitecto Daniel Ramos Correa le dijo alguna vez que esos portones fueron a parar "a una finca de Luján o Maipú". El prestigioso profesional se había encargado de aquella remodelación por pedido del entonces ministro de Obras Públicas, Frank Romero Day.

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Y justamente coincide con otro dato: que Alberto Arizu contó que su abuelo compró la finca El Paraíso justamente a Frank Romero Day, en 1926.

Desmentida y desafío

Sin embargo, quien no está de acuerdo con esa historia y sugiere que podría ser parte de la "propagada" del nuevo emprendimiento enoturístico es Rodolfo Vargas Arizu, primo del actual dueño de la casona familiar.

El dueño de bodega "Tierras Altas" sostuvo que su madre, Juana María Tránsito Arizu, de 104 años y lúcida, no recuerda haber visto jamás esos portones en la antigua finca familiar, que quedó dividida en tercios y uno le pertenece aun a su rama familiar.

Pero hay algo más que sostiene Vargas Arizu en desafío a su primo: "Si fueran los verdaderos Portones del Parque, debería devolverlos a la Provincia".

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Con esta disputa encendida, el misterio sigue alimentado, pero además la polémica: ¿cómo un elemento patrimonial llega a manos privadas sin que haya registros y qué debería suceder si se confirmara?

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