¿De qué países son los océanos?

Una cuenta de Twitter/X dedicada a la cartografía ofreció este mapa de la división política de los océanos. Y buscamos más información.

Una cuenta de Twitter/X dedicada a la promoción de la cartografía, @CanGeoReader, originaria en Canadá, difundió un curioso mapeo de los océanos y sus "propietarios", que invita a saber más.

Escribieron en el posteo, apelando al humor: "Polígonos. Un mapa del país más cercano a cualquier punto del océano. En caso de que alguna vez te quedes atrapado en alta mar preguntándote dónde puedes nadar sin visa".

No deja de ser sumamente curioso el mapa. Mirá:

Qué dice la ONU sobre los océanos y el Derechos del Mar

La vida surgió de los océanos. Las aguas oceánicas abarcan un área inmensa, con más de 360.132.000 km², que representan aproximadamente un 72% de la superficie del planeta. El océano siempre ha sido una fuente importante de alimento. En los océanos surgieron los seres vivos y desde el principio de los tiempos, han sido también fuente de comercio, aventuras y descubrimiento. Ha separado y unido a la gente.

La mayoría de la población no vive a más de 320 kilómetros del mar, y hoy en día, con la facilidad de transporte por tierra, mar y aire, los océanos se han convertido en una realidad más cercana para mucha gente.

Libertad de los mares

Durante mucho tiempo, los océanos estuvieron sujetos al principio de libertad de los mares, introducido en el siglo XVII para limitar los derechos y la jurisdicción de las naciones sobre los océanos a la franja de mar que rodea las costas de un país. El resto del mar fue declarado territorio libre y propiedad de todos. Tiempo después, a mediados del siglo XX, surgió el ímpetu por extender los derechos nacionales sobre los recursos del mar. Como resultado, los navíos de las potencias marítimas empezaron a competir por mantener su poder en las aguas mundiales e incluso debajo de estas gracias a la tecnología submarina.

En aquella época ya existía una preocupación por el impacto de la pesca de altura en los recursos costeros y por la amenaza de la contaminación y los residuos nocivos. Los peligros de la contaminación han estado siempre presentes ya que suponen una amenaza para los recursos costeros y para todas las formas de vida marina.

Convención sobre el Derecho del Mar (CNUDM)

Las Naciones Unidas está a la vanguardia de los esfuerzos internacionales para asegurar el uso pacífico, cooperativo y jurídicamente definido de los mares y océanos para el beneficio individual y común de la humanidad. La urgente necesidad de un régimen jurídico internacional efectivo sobre los fondos marinos y oceánicos, más allá de los límites de la jurisdicción nacional, puso en marcha un proceso que se extendió 15 años y que fue testigo en 1958 de la creación del Comité de Naciones Unidas sobre los Fondos Marinos, así como de la firma de un tratado que prohibía la utilización de armas nucleares en el fondo marino. En 1972 se convocó la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano y se aprobó la declaración de la Asamblea General por la cual todos los recursos que se encuentren más allá de los límites de jurisdicción nacional son patrimonio común de toda la humanidad.

La labor pionera de la ONU para la aprobación de la Convención de los Derechos del Mar de 1982 constituye un hito en la extensión del derecho internacional a los grandes recursos hídricos que compartimos en nuestro planeta. Esta Convención ha resuelto numerosas cuestiones importantes relacionadas con el uso de los océanos y su soberanía, como, entre otras:

  • la creación de derechos de libertad de navegación;
  • el establecimiento de los límites territoriales del mar a 12 millas de la costa;
  • el establecimiento de zonas económicas exclusivas a 200 millas de la costa;
  • la creación de normas para la extensión de los derechos en la plataforma continental a 350 millas de la costa;
  • la creación de una Autoridad Internacional de los Fondos Marinos;
  • la creación de mecanismos alternativos para la resolución de conflictos (por ejemplo, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental).

Protección del medio marino y la biodiversidad

El Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA), se encarga de proteger los mares y océanos y promover el uso ambientalmente sostenible de los recursos marinos, sobre todo a través de su Programa Regional de Mares. Las Convenciones y Planes de Acción de los Mares Regionales constituyen el único marco legal en el mundo para la protección de los mares y océanos a nivel regional. PNUMA también ha creado el Programa de Acción Mundial para la Protección del Medio Marino Frente a las Actividades Realizadas en Tierra. Es el único mecanismo intergubernamental mundial que trata directamente las relaciones entre los ecosistemas de agua dulce, terrestres, costeros y marinos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), coordina, a través de su Comisión Intergubernamental Oceanográfica, varios programas en la investigación marina, sistemas de observación, mitigación de las amenazas y mejor gestión de las zonas marítimas y costeras.

También cabe destacar la Organización Marítima Internacional (OMI) institución de las Naciones Unidas clave en el desarrollo del derecho internacional marítimo. Su misión principal es crear un marco regulador justo y eficaz de la industria naviera.

Transporte marítimo y contaminación

Para garantizar que el transporte sea más respetuoso con el medioambiente, la OMI ha aprobado un marco regulatorio obligatorio de medidas de eficiencia energética para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que produce el transporte marítimo internacional. Un cuerpo normativo que incluye la histórica Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques de 1973, modificada por un Protocolo de 1978 (MARPOL) y la Convención Internacional para Prevenir la Contaminación del Mar por Hidrocarburos de 1954.

Código Polar

En 2017, entró en vigor el Código Internacional para Buques que Operan en Aguas Polares (Código polar). Este Código cubre todos los aspectos navieros; diseño, construcción, equipamiento, operaciones, capacitación, búsqueda y rescate y asuntos de protección ambiental para barcos que operan en las inhóspitas aguas que rodean a los dos polos. Un texto que supuso un hito regulatorio en el campo del transporte y el comercio, junto con una serie de avances regulatorios relacionados con la seguridad marítima y la cadena de suministro, sin dejar de lado las cuestiones ambientales.

Piratería

El personal de mantenimiento de la paz de la MONUSCO llega a la playa para proteger contra la piratería en la República Democrática del Congo. Foto ONU/Sylvain Liechti

En los últimos años la piratería ha aumentado en las costas de Somalia y en el Golfo de Guinea. Estos ataques ponen en peligro tanto la vida de los marineros, como la seguridad de la navegación y el comercio. Actos delictivos que pueden desembocar en muertes, daño físico o secuestro y tienen un impacto muy negativo en el sector ocasionando tanto importantes perturbaciones en el comercio y la navegación; como pérdidas económicas para los navieros; un aumento de las primas de seguros y costes en seguridad; un incremento de los precios para los consumidores y productores; así como daños en el medio marino.

Los actos de piratería también pueden ocasionar prejuicios más allá del ámbito marítimo, tales como restricciones o privación de ayuda humanitaria debido a la inseguridad de la zona o el aumento de los costes de transacciones en las zonas afectadas. Para solucionar este grave problema, la OMI y la ONU han aprobado resoluciones adicionales para complementar la normativa de la Convención de los Derechos del Mar con el fin de resolver las cuestiones relacionadas con la piratería.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), a través de su Programa Mundial contra el Crimen Marítimo (GMCP), combate el crimen organizado transnacional en África enfocándose en contrarrestar la piratería en el Cuerno de África y el Golfo de Guinea. El programa ha brindado apoyo a los estados de la región mediante la realización de juicios y encarcelamiento de sospechosos de piratería, pero también ha ofrecido programas de formación sobre la aplicación de la ley marítima. Desde el modelo de enjuiciamiento de la piratería, el traslado de prisioneros y la capacitación de miembros del sistema judicial del Atlántico y el Océano Índico, hasta la tutoría a tiempo completo de los guardacostas y unidades policiales en Somalia, Kenia y Ghana, el GMCP de la UNODC ha logrado muchos éxitos en un ambiente desafiante. Esto se ha logrado a través de una variedad de programas destinados a promover la seguridad marítima y fortalecer el estado de derecho y los sistemas de justicia de los países.


El chequeo de Chequeado

El 5 de marzo último, después de casi 2 décadas de negociaciones, los estados miembros de la de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llegaron a un acuerdo para proteger el 30% de las aguas internacionales, que hasta ahora no se encontraban bajo ninguna normativa, para 2030.

El llamado Tratado Global de los Océanos tiene como objetivo proporcionar un marco legal para establecer amplias áreas marinas protegidas y así conservar la vida marina, amenazada por el cambio climático, la sobrepesca y el tráfico marítimo. .

En esta nota, desde Chequeado, te contamos los principales puntos del acuerdo "histórico" y cómo este Tratado influye en el Mar Argentino.

Qué dice el Tratado Global de los Océanos

El marco legal acuerda proteger el 30% de las aguas que se encuentran fuera de la jurisdicción nacional, que hasta ahora no se encontraban bajo ninguna normativa, para 2030. Es decir, crear áreas de protección para la biodiversidad que hasta el momento estaban expuestas a la sobreexplotación y la degradación.

Actualmente apenas el 1% de las aguas internacionales, una extensión gigantesca que representa cerca de la mitad del planeta y más del 60% de los océanos, está protegida.

"Este acuerdo es histórico porque se refiere exclusivamente a aguas internacionales donde hasta este momento cada país hacía lo que se le diera la gana, las reglas las ponían ellos", explicó Luis Capozzo, doctor en Biología e investigador principal del Conicet, a Chequeado.

En la misma línea, Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace Argentina, señaló: "Este es un hecho histórico para la conservación. Los gobiernos han dado un paso importante que fortalece la protección legal de dos terceras partes del océano y con ello de la biodiversidad marina. El acuerdo marca una ruta para establecer áreas de gran y plena protección en alta mar, aumentar nuestra resistencia al cambio climático y salvaguardar las vidas y los medios de subsistencia de miles de millones de personas".

El tratado dispone que previo a cualquier uso de los recursos del fondo marino, por ejemplo la instalación de energías renovables o cables submarinos y explotaciones mineras en profundidad, se debe realizar un estudio de impacto ambiental. También la creación y transferencia de tecnologías, promoviendo la cooperación entre países para llegar a conocer nuestros mares (apenas el 20% de los fondos marinos están cartografiados).

Con respecto a la regulación de la explotación de los recursos genéticos presentes en aguas internacionales, Capozzo explicó que los recursos genéticos marinos "son aquellos que contienen información genética y pueden ser utilizados con fines científicos o comerciales".

Al tratarse de aguas internacionales, ninguna normativa regulaba su explotación. Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España expuso que sólo los países con más recursos podían hacerse con ellos. Según este informe, en 2011, el 90% de las patentes de estos recursos genéticos se concentraban en 10 países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Alemania y Japón.

Tras la aprobación del Tratado, "la información genética ya no quedará en mano de algunos países, sino que deberá compartirse", señaló Capozzo.

Cómo influye en el Mar Argentino

En nuestro país, el Agujero Azul es una zona de aguas internacionales que se ubica aproximadamente a 500 kilómetros al este del Golfo de San Jorge, en la Patagonia argentina. Allí, la plataforma continental argentina se extiende más allá de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), que se expande hasta las 200 millas náuticas de la costa.

El Agujero Azul se caracteriza por ser una región de alta producción de fitoplancton que son microalgas que hacen fotosíntesis, son productores de materia orgánica y abastecen toda la cadena alimenticia del océano. Su productividad luego se esparce hacia otros organismos de mayor tamaño, incluyendo a aquellas especies comerciales como el calamar, la merluza o las vieiras, y también a las especies de interés para la conservación, como son las aves y mamíferos marinos.

Greenpeace Argentina advirtió que el Agujero Azul hoy está siendo explotado por industrias destructivas, como la pesca indiscriminada. Según la organización ambientalista, los barcos pesqueros cuyos principales objetivos son el calamar, la merluza y la merluza negra aprovechan la falta de regulación en aguas internacionales para saquear esta zona.

"A partir de la milla 201, en las áreas que bordean la zona económica exclusiva, los barcos piratas pescan en esa región los mismos recursos que luego ingresan en nuestras aguas y son explotados por la flota nacional. Es decir, se sirven con los recursos de la Argentina", sostuvo Capozzo.

Con respecto a cómo influye el Tratado en el Mar Argentino, Vueso señaló: "Este tratado permitiría que esta zona pueda ser potencialmente protegida y ya no esté desregulada. Parte de la depredación que se ve hoy específicamente allí, en el límite de la zona económica exclusiva argentina, requiere de soluciones que involucren la gobernanza internacional en aquellas zonas fuera de jurisdicción nacional".

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, señalaron a través de un comunicado de prensa que "la Argentina se congratula por la finalización de las negociaciones del tratado sobre conservación y uso sostenible de la diversidad biológica marina en espacios fuera de la jurisdicción nacional".

Y agregaron que "este avance constituye un enorme logro (...) para enfrentar los desafíos que representa la preservación de la salud de los océanos para las generaciones presentes y futuras". 

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