La muerte de Ramón, un ilustre lustrabotas

Ramón Atencio, lustrabotas de Villa Nueva, en Guaymallén, murió este sábado y lo velan desde las 13 en la sala Boschín.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Ramón Atencio, Ramón o Ramoncito, ha muerto. Se preguntará el lector de este diario qué tiene que ver este lustrabotas de Villa Nueva con el "poder" o la "economía", temas centrales de diario Memo: pues nada. O todo.

Su residencia eran las calles. Sus amigos todo ser vivo. Sus enemigos los seres sin alma, si lo hay, si es que aun quedan. 

Lustrabotas de profesión, en el brillo de zapatos que él jamás calzó miraron su rostro muchos de los que ejercieron pequeñas cuotas de poder en el barrio, en los límites del municipio, en familias.

Al sistema económico le aportó lo que pocos nos animaríamos a hacer: sentarse a sus pies para otorgarles el orgullo de pisar (¿más fuerte?) con sus pies rodeados de brillo.

Acompañado por su jauría por los rincones de la calle que justamente se llama Libertad, jamás se quejó de lo que todos los demás sí hacemos desde la comodidad de una silla del Club Social, del café de esta o aquella punta del distrito federal de Guaymallén.

Le costó la vida, pero de tanto lustrar los pies de los demás, se ganó el brillo de la amistad de miles que hoy lo despiden ya como un ilustre vecino de Villa Nueva, lugar en el mundo que lo tuvo como uno de los pocos protagonistas conocidos por casi todos.

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