El deplorable estado del ingreso a Mendoza, el comentario recurrente de los turistas

Los 15 minutos en vehículo desde el aeropuerto a la Ciudad de Mendoza parecen sacados de contexto en una provincia en la que la belleza natural abunda.

A Mendoza arriban vuelos de cabotaje de distintos puntos del país, como es el caso de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Misiones, Bariloche, Salta, Comodoro Rivadavia, entre otros. También vuelos internacionales desde Santiago de Chile, Perú, Brasil y Panamá.


Las tres claves de la falta de turismo en Mendoza 

El aeropuerto El Plumerillo (MDZ), ubicado a 15 minutos en auto de la Ciudad de Mendoza se ha convertido en el último tiempo en un epicentro de turistas que llegan desde diversas partes de Sudamérica.

Con cada vez más afluente de pasajeros, El Plumerillo es hoy por hoy uno de los importantes receptores de turistas de la República Argentina.

Sin embargo, esos 15 minutos que separan la aeroestación con el centro de Mendoza, son prácticamente traumáticos.

Para un turista que visita por primera vez Mendoza, ese recorrido es la primera impresión que se lleva de la provincia. Y esa impresión es verdaderamente lamentable.

En esos 15 minutos conocerá las bondades de una provincia que tiene su acceso principal en pésimas condiciones, adyacencias en las que se puede distinguir una pobreza extrema, desvíos por obras que no terminan de hacer nunca, basura al costado de la ruta, falta de iluminación en diversos sectores y un boulevard que nunca termina de estar parquizado de la mejor manera y finaliza siendo un gran foco infeccioso lleno de residuos.

Según pudo conocer Memo en conversación con diversas agencias de turismo, este es un comentario recurrente de los visitantes en su ingreso a Mendoza. Les llama la atención y el primer foco de conversación comienza con un aspecto negativo. 

"Las primeras impresiones son aquellas que nos marcan y muchas veces nos ayudan a tomar ciertas decisiones. Nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión". Nunca mejor utilizada esta frase del dramaturgo Oscar Wilde para esta ocasión.

No debe ser tan complicado trabajar en un proyecto para dejar bien parada a Mendoza en lo que respecta a la primera impresión. Señores funcionarios, hay tarea para la casa.

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