El glamoroso barrio vitivinícola inspirado en la arquitectura andina ancestral

Se trata de Los Chozos Dragonback Estate, un desarrollo de casas de primer nivel diseñadas por el artista mendocino Sergio Roggerone. Su inspiración, la posibilidad de tener un vino propio y la opción para el enoturismo.

"Chozos se encuentra inmerso entre los viñedos de Dragonback Estate, la finca que cuenta con 400 hectáreas plantadas de viñedos en Alto Agrelo, Luján de Cuyo. Con vistas hacia el Cordón del Plata, es un desarrollo de lujo para amantes del vino.

Un lugar para relajarse entre viñedos y disfrutar por completo de los placeres de Mendoza. Comprendido por diferentes unidades como Wine Houses, Mud Camps, restaurante, área de eventos y diferentes experiencias para descubrir la magia entre viñedos. Inspirado por las raíces de la arquitectura mendocina, el proyecto es una pieza de arte diseñado por el talentoso artista local Sergio Roggerone", hasta ahí la introducción formal.

Se trata de un barrio vitivinícola desarrollado en Mendoza, dentro del mencionado distrito lujanino, por el Grupo Armentano y creado por Young Woo y Margarette Lee. Young es un empresario, arquitecto y promotor inmobiliario argento-paraguayo, que siempre se interesó por fusionar el arte con el vino y la naturaleza. Junto a su socia, consideran "que Mendoza es lo que fue Napa Valley hace 30 años y vieron un gran potencial para crear una finca de viñedos".

Los urus y la inspiración andina

Quien cuenta, en diálogo con Memo, los detalles sobre la construcción de los chozos que están inspirados en la arquitectura andina que realizaban los urus (de los pueblos originarios de nuestra región latinoamericana) es, precisamente, Sergio Roggerone.

"Yo soy pintor pero también tengo formación en arquitectura. Charlamos con Nicolás Armentano, conformamos un equipo en medio de la pandemia cuando él me convocó. Hice todo un estudio histórico para diseñar la estética de los chozos. Estudié a fondo las bóvedas de Uspallata y cómo vivían los urus, que fueron unos indios del norte de Bolivia y parte de Perú", comienza el artista mendocino.

"Es la arquitectura andina que hemos tenido, que nos han legado y que ha ido desapareciendo debido a la cantidad de terremotos. Los urus vivían en chozos, justamente, de ahí el nombre del proyecto para Mendoza. Eran como unas bóvedas hechas en el suelo. Lo que nos queda de legado a nosotros son las bóvedas de Uspallata y el horno de barro, que algunas casas todavía conservan", sigue.

Así, quien se encargó de la parte estética del proyecto que este mayo se inaugura con las primeras familias que ya compraron sus casas (chozos) y llegarán a vivir a Alto Agrelo, detalla también que hizo el calicanto, la bóveda, las pátinas de los colores y el piso, que es de ladrillo vitrificado.

El desarrollo completo, cabe puntualizar, consta de tres etapas y en esta oportunidad se podrán en marcha las dos primeras que ya están listas. Son las denominadas Wine Houses, que constan de un total de 15 unidades de 1 y 2 habitaciones.

"Ahora me pidieron que desarrolle la tercera etapa, que son chozos de 3 dormitorios. Va a haber algunos con una hectárea de terreno y vista a la cordillera de los Andes", indica Roggerone.

Asimismo, siguiendo la tendencia actual y a la vez fusionando con diseños ancestrales, habrá una parte del barrio que tendrá un grupo de glampings. "Están inspirados en la cultura de los urus pero no en las viviendas si no en las canoas que usaban en el lago Titicaca. Allí trabajamos en conjunto con el arquitecto Luis Bataglia. Hicimos un desarrollo de totoras enrolladas con alambre y el hornero (techo) está también realizado con totora trenzada", detalla el artista.

Además, sobre el diseño de este novedoso barrio en el que los propietarios tendrán su propio viñedo y la opción de que usen esa misma uva y enólogos exclusivos la conviertan en vino, Roggerone relata que la parte de la bóveda de los chozos es como un gran huevo. Sin embargo, no usaron adobe como se hacía antiguamente, si no una estructura metálica, hierro y hormigón, que ayudaron a imitar la arquitectura vernácula.

"Yo quería retomar a los ancestros de nuestro terruño. De alguna manera traer al presente, a través de lo arquitectónico, su historia. Es algo muy novedoso para Mendoza, al haber desaparecido la retina humana lo había olvidado y con esto lo estamos volviendo a traer y a hacer visible", remarca.

Y continua describiendo: "Ahora, una de las tendencias que hay es abrir ventanales gigantescos, yo no lo hice porque tenemos inviernos muy crudos y veranos calurosos. Entonces es importante la ventilación cruzada y para eso las ventanas no deben ser tan grandes. Se genera así una intimidad y una inversión climática".

Una propuesta para el enoturismo 

Así, las casas que tendrán terraza, piscina y espacio de fuego, buscan ofrecer una experiencia de vida. "Respirar serenidad, compartir atardeceres mágicos, contemplar una noche estrellada en Alto Agrelo, siempre con copa de vino en mano", describen sus promotores. 

Desde el Grupo Armentano lo presentan no sólo como una oportunidad de tener una casa de lujo en medio de viñedos y con una privilegiada vista a la Cordillera de los Andes si no que también, los propietarios, podrán generar una renta alquilando los chozos y realizando una propuesta para quienes quieran acceder a enoturismo de primer nivel.

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