Ricardo Bugarín, un gran hacedor de cultura mendocina

Ricardo Bugarín es y ha sido un imparable generador de actividades. Desde 1979, se involucró en el ambiente cultural de su General Alvear natal, creando, trabajando y contribuyendo con instituciones como la SADE ; la cooperativa teatral Epu-Pehuen, el coro polifónico, la Alianza Francesa y el cine club, por nombrar solo algunas

Alejandra Cicchitti

Ricardo Bugarín es y ha sido un imparable generador de actividades. Desde 1979, se involucró en el ambiente cultural de su Departamento natal, creando, trabajando y contribuyendo con instituciones como la SADE (Delegación General Alvear); la cooperativa teatral Epu-Pehuen, el coro polifónico, la Alianza Francesa y el cine club departamentales; la biblioteca popular "Domingo Faustino Sarmiento" y el espacio de arte "PHI", por nombrar solo algunas.

En esta entrevista, quisimos rendir homenaje a este alvearense tan comprometido desde siempre con las artes, quien además es leído en muchos países del mundo. 


Ricardo Bugarín

-¿Cuál es su formación?

-Mi formación intelectual tiene que ver con una característica personal que he tenido siempre y es mi curiosidad permanente, sumada a la obsesión por conocer y aprender. La educación que recibí es fruto de la escuela secundaria y el cursado de Museología, aunque mi gran bagaje cultural está constituido por las múltiples lecturas que he realizado y realizo, porque creo que el mundo del libro es el que enriquece.

-¿Cuáles son sus lugares en el mundo?

-Nací, vivo y permanezco en mi lugar en el mundo, el departamento de General Alvear en Mendoza, al sur la zona llana de este sector cuyano. Buenos Aires es mi ciudad favorita del planeta. La he visitado permanentemente durante toda mi vida, dado todo lo que tiene para ofrecer. Si bien hace unos pocos años que no voy, mis mañanas están dedicadas íntegramente a recorrer sus museos. Es maravilloso respirar la vida dentro de un museo y de a poco me fui haciendo "habitué" del MALBA, del Museo de Bellas Artes, del Museo Nacional de la Historia y del Numismático de José Uriburu que se encuentra en el Banco Central, entre otros. En las tardes disfruto de las ferias y al atardecer y por las noches, me entrego a las reuniones con amigos, funciones de teatro, seguidas de sobremesas y muchas charlas. Tengo amigos escritores y artistas plásticos a quienes frecuento cada vez que viajo. Es un mundo fascinante que fui construyendo con afecto, amor y respeto correspondido. En lo personal siento que Buenos Aires no es un lugar que elegiría para residir, ya que lo que se hace cotidiano desvanece la ilusión y apaga el gozo. Disfruto yendo a esa ciudad maravillosa, que me enorgullece al ser la capital de mi país.

-¿Cómo transcurre un típico día suyo?

-Mi día comienza exactamente a las 6,10 horas de la mañana y no quiero perder el hábito de hacerlo. Tomo una siesta imperial ya que me acuesto a la una del mediodía. Me informo con el diario permanentemente, eso es algo indiscutible. El haber recibido una educación alfabetizada y no permitirnos el placer de la libertad de leer, es una prueba de que falta civilidad.


-¿Cuándo comenzó a escribir?

-Me veo escribiendo desde los 13 años. Lo hacía en varios cuadernos "Gloria" que fueron acumulando textos. De una convergencia de esos textos, cuando tenía entre 16 y 18 años surgió un libro llamado "Bagaje" que contenía poesías. Posee cosas muy queridas y me abrió el contacto con mucha gente de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) de Buenos Aires Capital, de La Plata, del Chaco. Mi primera obra exhibe en la portada las ilustraciones de Héctor Garmendia. Desde los inicios mis textos estuvieron vinculados con las artes plásticas, que me apasionan verdaderamente. Este primer libro se presentó en Buenos Aires el 21 de noviembre de 1981 y con él inicié mi contacto casi permanente con la Capital hasta mayo de 2019.

La portada del primer libro de Ricardo Bugarín

Luego me alejé un poco de las letras como escritor y me dediqué más seriamente a mi carrera de museología, a moverme entre museos y galerías de arte (otro de mis mundos). Después, en esos cuadernos Gloria, apareció la prosa de los años 1979 y 1980. Eran cuentos o apuntes, no sabría definirlos técnicamente y algunos de ellos aparecieron en una antología a nivel nacional.

-¿Cómo continuó su carrera de escritor?

-Como ávido lector que soy, fui encontrando distintos escritores y obras, frecuentando la librería Hernández, mi librería porteña preferida, ubicada en calle Corrientes. Un escritor argentino llamó particularmente mi atención (actualmente es un gran amigo personal), Alejandro Bentivoglio. El conocía una gran editorial, tuve contacto con ellos y un día me dijeron: "Usted es escritor de microficción". Y así, frecuentando gente, es que aparecieron personas que fueron dando mi nombre a otras personas.

Obras traducidas al francés junto a otras de escritores argentinos 


-¿Qué es la microficción?

-Es un texto narrativo breve, cuyo cuerpo no debería sobrepasar las 250 palabras. Visualmente debe leerse de una sola vez y comprender toda la página. Esto hoy es posible gracias a la virtualidad. Es uno de los últimos géneros literarios, si bien la literatura breve existe desde siempre, desde la época medieval, por ejemplo. Debo decir que en América, México y Argentina son los países más fuertes en esta rama de la literatura. Podría citar como ejemplo de escritores compatriotas a Borges, Cortázar, Marco Denevi, Ana María Shua (la reina de la microficción en idioma español) o Luisa Valenzuela, entre otros.

Otra de las obras de Ricardo Bugarín, Anecdotario

-¿Cuán importante fue Buenos Aires en su carrera?

-Fui invitado al programa de radio "El living sin tiempo", conducido por Martín Gardella, para hablar sobre mi obra "Bonsai en compota" (2014). Raúl Brasca leyó mi libro y le pidió mi contacto a Gardella, para invitarme a participar en la "Feria internacional del libro de la ciudad de Buenos Aires". Dentro de esta conocida feria, hay una jornada dedicada especialmente a la microficción, que anualmente organizan Brasca y Gardella. Cada año gira en torno a una ciudad diferente y en esa ocasión fue el turno de México. Me presentaron gente de ese país y pude conocer a Dina Grijalbo, una estudiosa de la microficción argentina. Ella decidió incluirme en una de sus investigaciones para una universidad de Bruselas, cuyo resultado fue publicado aquí también por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo. En 2015 mi libro "Inés se turba sola" vió la luz y ese mismo año Caroline Lepage, directora del proyecto "Lectures d'ailleurs" de la Universidad de Poitiers, incluyó tres obras mías traducidas al francés.


Bonsai en compota, portada

-¿Y sus textos comenzaron a viajar al exterior?

-A partir de muchas entrevistas radiales, las Jornadas y el contacto con la editorial argentina Macedonia (especializada en microficción), dirigida por Fabián Vique que publicó mis libros, empezó a desencadenarse esta cosa amable, de invitaciones, propuestas y ediciones. He tenido el honor de ser incluido en antologías nacionales e internacionales, también desde lo virtual. Gracias a esos encuentros periódicos en Buenos Aires surgieron contactos con gente de Perú, de Chile y España. Se llevaban mis libros y luego comenzaban a solicitarme material para proyectos que fueron concretándose. Fue así como en 2015, surgió en Chile mi libro "Benignas insanias" de la editorial Sherezade, dirigida por Lorena Díaz Meza. Al año siguiente, pude participar en el "IX Congreso Internacional de Microficción", cuya sede fue la Universidad Nacional del Comahue en Neuquén. Fui invitado por su organizadora, la Dra. Laura Polastri, quien conocía ya mi material y así, sin buscarlo, fueron proliferando los contactos, las relaciones personales y las propuestas de edición. Tal es el caso de la editorial mexicana "La tinta del silencio", dirigida por Anaïs Blues. Ella me propuso ser parte de la colección especial de libro-objeto "Minitauro" y fue así como apareció "Ficcionario" (2017) en coincidencia con el "II Encuentro Iberoamericano de Minificción". Su presentadora y principal difusora de mi obra en México es la académica Gloria Ramírez Fermín. "Ficcionario" es un libro-objeto que se despliega como el fuelle de un bandoneón y de ahí se van leyendo los textos.

Benignas insanias de Ricardo Bugarín

México ha sido un país muy generoso para conmigo, son distintas las publicaciones virtuales que me invitan a hacerlo. Mis libros aparecen en Perú gracias a Rony Vázquez Guevara, director de "Quarks Ediciones Digitales". El edita "Anecdotario" (2021), de descarga gratuita, que integra la Serie "Ciudadano mínimo" en lo que respecta a la microficción y el libro "Textos hallados en una roca" (2021), texto de micropoesía con la que la editorial peruana inauguró desde Lima su Serie "Lírica vertiginosa". Desde hace tiempo soy invitado a publicar en la revista "Preciosaurio", de categoría internacional, en la sección "Bolo alimenticio". Es un espacio dedicado a mostrar exclusivamente la microficción y participo en las páginas de creación de esos ejemplares.

Textos hallados

"Yo sí soy del interior del interior. Avanzar, gozar y compartir es lo maravilloso que puede darnos el arte, sin vanidades ni egoísmos"

Puedo decir, sin vanagloriarme por ello, que mis ediciones en formato papel y virtual, están presentes en todos los países de Sudamérica, exceptuando Brasil y Paraguay. Existen textos míos en alguna de esas dos modalidades, en casi toda Centroamérica, salvo Estados Unidos y Canadá.

-¿Qué otras actividades desarrolla casi a diario?

-Tengo el buen hábito de contestar siempre la correspondencia dirigida a mí. Puedo afirmar que nunca he dejado una carta sin responder a través del correo tradicional o virtual. No importa el tipo de propuesta recibida, agradezco el simple hecho de que alguien haya pensado en mí y se haya tomado el tiempo para redactar una nota. De esa red de gratitudes han ido surgiendo contactos.

Difundo permanentemente convocatorias de editoriales, de antologías, cursos, jornadas, muestras de pintura, etc. en mi Facebook. También lo hago casi diariamente en la página "Artistas plásticos de Mendoza". Avasallo con certámenes, salones o residencias para artistas. Los invito a salir, a mostrarse. En el mundo hay mucho dolor, hay guerras, pero también hay avidez de belleza, por eso los aliento a que envíen sus obras y participen.

He acuñado esta frase a lo largo de mi vida: "Lo que se da con el corazón no pesa en ningún lugar" y así he vivido: haciendo, alentando, creando, trabajando.

-¿Qué tienen de particular las portadas de sus libros?

-Siempre intento y he logrado que en las portadas me acompañe algún amigo artista plástico con una obra, para agradecerles de esa manera, la belleza que nos proporcionan. No puedo ser un mecenas económicamente hablando y sí puedo darles la oportunidad de mostrar y difundir sus obras. "Bonsai en compota" ostenta una obra de Marcelo Stella de Buenos Aires; "Textos hallados en una roca" tiene ilustración interior de Fernando Jereb; Osvaldo Chiavazza tu a su cargo la portada de "Inés se turba sola" y Sebastián Chilemi, artista porteño plasmó su obra en "Benignas insanias".

Inés se turba sola

-¿A quiénes quisiera agradecer?

-En la línea de recuerdos y agradecimientos a tanta gente que se ha movido en la difusión de mis brevedades no puedo dejar de mencionar -aunque toda enumeración que sugiere la memoria suele ser arbitraria- a Fernando Sánchez Clelo y sus ediciones de la BUAP (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla) en México, Homero Carvalho Oliva en Bolivia, Lilian Elphick (Santiago de Chile),la gente de la Universidad Metropolitana Ana G. Méndez en Bayamón (Puerto Rico), la Dra, Dina Grijalva de la Universidad Autónoma de Sinaloa (México); en Europa, por ejemplo, a Valeria Correa Fiz del Instituto Cervantes de Milán (Italia; en España a Ginés Cutillas (Barcelona), Gemma Pellicer-Fernando Valls (Madrid), Ana Fuster (Alicante), Francisco Rodríguez Coloma (A Coruña), Carlos Manzano (Zaragoza), Carmen Dorado Vedia (Madrid); en Francia, a Caroline Lepage de la Universidad de Poitiers.

En el orden local, mi gratitud por el constante apoyo y acompañamiento a la Dra. Miriam Hernández -in memoriam-(UNCuyo), la Dra. Claudia Cano (UNCuyo), los profesores Lelia Musa y Héctor Machín y a la editora de Santillana argentina, Sandra Bianchi, por su generosa deferencia de incluirme en el material de estudio de Lengua y Literatura, libros para el nivel secundario de esa reconocida editorial.

-¿Unas palabras finales?

"He realizado cosas maravillosas, he vivido experiencias hermosas que me han sido permitidas por esto de jugar con las palabras, sin tener ninguna pretensión ni aspiración a nada. Las cosas fluyen, fluyen y finalmente se dan. Todo, todo ha sido como un juego y puedo afirmar que no son frases armadas"

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