En la Fundación Libertad, Javier Milei evitó reunirse con Luis Lacalle Pou

No escuchó lo que dijo su par uruguayo Luis Lacalle Pou y solo los saludó al terminar el propio. No se quedó tampoco a comer. En su discurso, reconoció que a veces se ponía intenso. Todavía golpeado por la contundencia, apenas mencionó a la Marcha por la Educación.

Silvia Mercado
Periodista acreditada en Casa Rosada

Javier Milei habló anoche en la cena anual de la Fundación Libertad durante 55 minutos. Tenía previsto hacerlo por más tiempo, pero él mismo debe estar aburrido con sus argumentos repetidos, y evitó las páginas que tenía previsto para denostar a John Maynard Keynes.

Entró último y cuando los discursos que lo antecedían ya habían terminado. Evitó, así, escucharlos. De paso, aprovechó para no dialogar con Luis Lacalle Pou, que todavía no pudo mantener un encuentro cara a cara con el presidente argentino.  

Quiénes estuvieron y qué se dijo en la "Cena de la Libertad", con un stand up de Milei

El uruguayo se ofendió. Tanto, que no hizo los saludos de rigor a los presentes antes de hablar. Claro que Milei no estaba, lo que aprovechó para dar un discurso impecable e ideológicamente en las antípodas. Explicó lo que era el liberalismo y dijo que "en tanto liberal, buscamos un Estado fuerte". "Duro con las ideas y blando con las personas", fue alguna de las definiciones con las que el uruguayo buscó diferenciarse de Milei.


Lacalle Pou durante su mensaje.

El argentino llegó por un costado cuando Lacalle Pou terminaba. Estaba en un salón contiguo, pero no quiso aparecer antes. El escenario fue preparado a su gusto, con la luz baja que elige para enfrentarse al público.

Se sentó a la mesa donde estaban sus ministros, su hermana Karina, el exjefe de Gobierno español José María Aznar y Mauricio Macri, aunque sin saludar a nadie.

Tampoco mantuvo un diálogo ni siquiera facilitó una foto con el expresidente, a pesar de que había expectativa al respecto. La misma que tenían los uruguayos que acompañaron a Lacalle Pou, que esperaban que por fin hubiera algún contacto personal con Milei.

Minutos después de entrar al gran salón, fue convocado a hablar. Dio un discurso ofensivo que intentó que fuera divertido, aunque no muchos se reían.

Muchos menos los economistas, a quienes sopapeó con gusto desde el inicio hasta el final. Miguel Ángel Broda parecía una estatua. No aplaudió ni una sola vez. Ni siquiera se sonrió. Nunca dirigió la mirada hacia el escenario. No parecía estar de acuerdo con ninguno de los análisis económicos desplegados por el Presidente en su discurso.

Carlos Melconian también fue bastardeado. En críticas anteriores, el economista había expresado que "si vos me invitas a comer fideos con tuco, y yo llego y no tenés ni fideos ni tuco, digo: ´me invitaste a no comer o a otra cosa´. Porque los fideos son los dólares para dolarizar".

Hay quien asegura que Melconian se levantó y se fue. Una fuente confirmó a Memo ese episodio. Pero él lo niega enfáticamente.

Lo curioso del discurso del Presidente es que intentó una autocrítica. Reconoció que cuando pasaba por un "intenso" período rothbardiano (por Murray Rothbard, el ideólogo libertario) no entendía que Juan Carlos De Pablo, a quien llama "el profe", comprendiera las restricciones a las que estaban sometidos los ministros y presidentes del banco central de cada gobierno.

Y otras dos veces confesó que se ponía "intenso".

Algo -o alguien- le está diciendo que su personalidad no siempre contribuye a la comprensión de la realidad. 

Milei, Cornejo, Macri y Lacalle Pou en la Cena de la Libertad 2024

Por supuesto que, dolido, no se privó de decir que "si no quieren aprobar la Ley Bases en el Congreso, no importa". Tiene serias dificultades en los vínculos y eso ya nadie en el Gobierno lo oculta.

Al concluir su extraño discurso, poco empático con el público que lo rodeaba, saludó a Lacalle Pou y a Macri (le dijo "Presi"). Abrazó especialmente a Patricia Bullrich que estaba en la otra punta de la mesa para demostrar que una eventual alianza con el PRO será a través de ella, y se lanzó a un limitado baño de multitud lo rodeó y buscó su saludo más alguna selfie.

Después se fue como llegó, rodeado de gran cantidad de personal de seguridad. Y solo

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